¿BILDU, UN PROYECTO POLÍTICO PARA LA EMANCIPACIÓN SOCIAL Y NACIONAL?

Bildu, cada vez más integrado en las instituciones

A la espera de lo que ocurra el 21 de abril, parece claro que la tendencia de EH Bildu vaya a seguir siendo la de aumentar su peso electoral. Sin embargo, ¿significa eso un avance para la lucha por la emancipación nacional y social en Euskadi? ¿Se puede hablar al contrario de una adaptación al juego institucional que provoca un alejamiento firme de cualquier proyecto que suponga una ruptura con el régimen del 78 y con un sistema económico que provoca precariedad, explotación, destrucción de los servicios públicos u opresiones para la mayoría trabajadora?

La política desarrollada por EH Bildu en estos últimos años tanto a nivel de Euskadi como a nivel estatal no deja lugar a dudas. Ya en 2012 (3 años después del abandono de la lucha armada por parte de ETA), ésta no tuvo ningún reparo en llevar a cabo políticas de recortes estando al frente de la Diputación de Gipuzkoa aludiendo la necesidad de cumplir con las leyes de estabilidad presupuestarias mientras en diciembre de 2021 alcanzaba un acuerdo presupuestario con el Gobierno Vasco del PNV y del PSE con, entre otras cosas, una ley educativa que mantenía por ejemplo el 49% de los centros educativos en Euskadi. El propio sindicato abertzale, LAB, tuvo que desmarcarse afirmando que no respondían en ningún caso “a las reivindicaciones que hace en la calle la mayoría sindical y social vasca (…) en materia de presión fiscal, inversión pública, reversión de los recortes, etc”. A nivel estatal, más de lo mismo, adoptando en este caso la figura de muleta necesaria del gobierno de Sánchez validando presupuestos social liberales que han supuesto, sin ir más lejos, el mayor incremento del gasto militar en 40 años, absteniéndose en la reforma de las pensiones de 2023 que aumentó los años de cotización de 25 a 29 años (15 años en 2011) y mantiene la jubilación a los 67 años, apoyando una ley de vivienda que ni paraliza los desahucios ni frena la subida de los alquileres o aprobando Decretos de Fondos Europeos que reparten miles de millones a empresas privadas mientras aumentan la deuda pública.

Sortu y su estrategia para la emancipación social y nacional

En el tercer Congreso de Sortu[1], la ponencia oficial recogía: “el proceso de liberación puede representarse como un proceso de dos carriles. Uno de los carriles tiene que ver con la batalla política inmediata, con la batalla mediática, electoral e institucional; con una batalla que en gran medida tiene que ceñirse/limitarse a lo que es posible aquí y ahora y, en ese sentido, es posibilista, pragmática e incluso conservadora. En ese sentido, esa batalla requiere penetrar “en todos los ámbitos sociales, especialmente en los núcleos de poder, incluyendo asociaciones vecinales, asociaciones de padres y madres, cámaras de comercio, directivas de equipos deportivos, sindicatos, asociaciones empresariales, administración pública, cuerpos policiales, consejos rectores de universidades…”. Una declaración de intenciones que conecta de lleno con las últimas declaraciones de Otegui al afirmar que “la independencia no llegará” si antes EH Bildu no llega “a los Gobiernos”. No es de extrañar, entonces, que al hablar en esa misma ponencia del Procés de Cataluña y de la unilateralidad, Sortu insistiera en que “para que la vía unilateral sea reconocida y legitimada internacionalmente deben cumplirse unos requisitos mínimos: que el proceso sea pacífico y democrático, que esté basado en mayorías, que esté ubicado en las instituciones actuales y que muestre una y otra vez voluntad de acuerdo”.

Desaparece aquí del análisis de Sortu cualquier mención a la lucha de clases para imponer el derecho de autodeterminación de los pueblos o cualquier ruptura con el sistema económico actual supeditándolo al acuerdo con las instituciones actuales y por tanto con el Estado. Esto no sólo hace imposible cualquier lucha consecuente por la autodeterminación de los pueblos sino que además imposibilita cualquier vía de ruptura con la lógica del sistema capitalista.

Ruptura a su izquierda y necesidad de un proyecto revolucionario para la emancipación social y nacional

La ruptura a su izquierda ya se está dando y ha empezado por sus sectores juveniles representados por la GKS en Euskadi y el posterior Movimiento Socialista (MS). Un MS que, a día de hoy, trata de construirse fuera de Euskadi apoyándose en la UJCE expulsada por el PCE al criticar ésta la política de cogobiernos con el PSOE. Habrá que prestar atención a esta corriente política con realidad en Euskadi que se define como a favor del socialismo y que denuncia el etapismo de la izquierda abertzale, su interclasismo y su institucionalización pero que sin embargo, no hace ningún balance de las consecuencias de la contrarrevolución estalinista en la URSS y en el conjunto de las políticas de los PC’s a lo largo del siglo XX.

La emancipación social de la mayoría trabajadora y el derecho de autodeterminación de los pueblos sólo podrá hacerse efectivo mediante una política de ruptura con los intereses de los capitalistas que se base en la movilización social de nuestra clase y de la juventud. No hay atajos posibles. Hay que construir organizaciones que se fijen ese objetivo.

[1] Organización abertzale más importante en el seno de la coalición de partidos políticos que representa EH Bildu.