UN NUEVO 8M DE HUELGA Y LUCHA FEMINISTA

De nuevo este 8 de marzo salimos a las calles en defensa de la igualdad real de las mujeres.

Muy al contrario del discurso que la derecha pretende hacer calar en la sociedad, la situación de las mujeres sigue siendo de una profunda desigualdad.

La brecha salarial aún supera el 20% y en las pensiones es aún mayor, además, muchas mujeres perciben pensiones no contributivas, cuyas cuantías son irrisorias. Las mujeres seguimos sometidas a la doble jornada laboral, es decir, trabajo fuera de casa más las tareas domésticas, que muy mayoritariamente desempeñamos nosotras. De ahí que concentremos la mayor parte de trabajos a jornada parcial, ya que necesitamos tiempo para encargarnos del cuidado de los y las niñas, las personas mayores, dependientes, etc., y de sostener, material y psicológicamente, la estructura de la familia en el ámbito privado del hogar. La precariedad se ceba con nosotras, la sobrecarga de trabajo nos agota y nuestros bajos salarios nos someten, por un lado, a una dependencia económica con respecto a los miembros masculinos de nuestras familias y, por otro, a las altas tasas de pobreza que padecen las mujeres más vulnerables.

Esta situación de desigualdad sólo puede justificarse con el machismo, de ahí que quiénes quieren que sigamos sometidas pongan en cuestión los avances en los derechos de las mujeres y ataquen vorazmente al movimiento feminista. No vamos a permitir retrocesos que vengan en nombre de estos hombres que se dicen sentir discriminados frente a las mujeres; el miedo se huele a kilómetros.

Pero tampoco podemos permitir que las políticas de la supuesta izquierda se queden en cuatro parches, que en nada resuelven la cuestión. Nada más visible para ilustrar la situación de subordinación de las mujeres que los asesinatos machistas, que sólo suponen la punta del iceberg de la violencia machista, muchísimo más amplia. En 2023 de nuevo las cifras han sido escandalosas, lo que refleja una vez más la incapacidad de los gobiernos para acabar con esta lacra y que la opresión que sufrimos es estructural y que no puede resolverse sino acudiendo a la raíz de la misma. Si no se resuelve la falta de autonomía económica, difícilmente una mujer va a poder salir del hogar donde está el machista que la va a matar, en el caso más extremo; o la va a maltratar, física y/o psicológicamente. Si no se destinan ayudas reales y dignas para el cuidado de las personas dependientes, haciendo de este trabajo un amplio servicio público; si no se genera una red pública de guarderías de 0 a 3 años gratuitas y de residencias de mayores, además de otros muchos servicios públicos imprescindibles para socializar el trabajo de cuidados y dignificarlo; y, en general, si no se destinan fondos a eliminar la verdadera brecha que produce la desigualdad de las mujeres, cuyas raíces son económicas, estaremos a miles de kilómetros de siquiera pensar en alcanzar la igualdad real, lo que no sólo implica un cambio en estas cuestiones materiales, sino también en las conciencias de todos/as los/as miembros de la sociedad.

El patriarcado y el capital se alían para que les hagamos el trabajo de reproducción de los obreros que requieren para sus empresas, de forma totalmente gratuita; y para que, cuando tengamos además que trabajar fuera de casa, obtengan más ganancia de nuestro trabajo a costa de pagarnos un salario más bajo que a los hombres; en conclusión, un negocio redondo. Por eso, no basta con realizar políticas que se queden en la superficie y que, aunque puedan ser positivas en algunos puntos, no van ni de lejos a la raíz del problema. El nuevo gobierno de PSOE-Sumar, que viene a ser la continuidad del anterior de PSOE-Unidas Podemos, sabemos de sobra que se va a plegar a las exigencias de recortes de las élites capitalistas, pues no ha dado muestras de lo contrario en ningún momento, y por supuesto no va a imponer las mínimas medidas necesarias para reducir la desigualdad en el Estado español, ni para imponer a las empresas la igualdad salarial, las medidas de conciliación necesarias, etc., ni para invertir en servicios públicos suficientes para socializar el trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres.

Debemos organizarnos, mujeres y hombres, para imponer un programa que avance hacia la igualdad real de las mujeres.

  • Acabar con todo tipo de discriminación de las mujeres en el ámbito laboral: igualdad salarial y de pensiones, imposición de medidas de conciliación laboral real, acabar con la segregación de género en los trabajos, etc.
  • Socialización del trabajo de cuidados, mediante la ampliación y creación de nuevos servicios públicos; dotación suficiente para las personas dependientes; etc.
  • Acabar con la violencia machista: medidas reales para acabar con las violaciones, el acoso laboral, el maltrato por parte de las parejas sentimentales, etc. Ya basta de asesinatos machistas.
  • Aborto libre, gratuito y garantizado en la sanidad pública, para poder decidir cuándo ser madres. Prohibición de los vientres de alquiler, porque nuestros cuerpos no son mercancía.

Por todo ello, desde Izquierda Anticapitalista Revolucionaria (IZAR) llamamos a las organizaciones sociales, sindicales y políticas a movilizarse este 8M bajo unas consignas que vayan más allá de los parches defendidos por PSOE-SUMAR-UNIDAS PODEMOS, que señalen la ineficacia de sus políticas y presionen para imponer verdaderas medidas para reducir la opresión de las mujeres. Asimismo, llamamos en Andalucía a secundar la huelga convocada por CGT en todos los sectores y a que los/as trabajadores/as en sus puestos de trabajo sumen sus reivindicaciones concretas a la misma. La lucha es el único camino: este 8M a la huelga y a las calles.