INTERNACIONALISMO O BARBARIE

El pasado 24 de marzo una delegación de compañeras y compañeros de IZAR de diferentes ciudades del Estado español nos desplazamos hasta París para participar junto a los y las camaradas del NPA (Nouveau Partie Anticapitaliste) en una importante manifestación contra las políticas racistas de Macrón y la retirada total de su Ley de inmigración, la cual se enmarca en el nuevo pacto sobre migración y asilo de la UE, aprobado finalmente tras años de debate el pasado 10 de abril.

Según Eve Geddie directora de la Oficina de Amnistía Internacional ante las Instituciones Europeas.“Está más claro que nunca que este pacto hará retroceder durante decenios las leyes europeas sobre el asilo, provocará un mayor sufrimiento y pondrá a más personas en peligro de sufrir violaciones de derechos humanos en cada paso de su trayecto”.

En definitiva se está consolidando y amparando legalmente lo que se viene intensificando en la última década, es decir, debilitar el derecho de asilo, aumentar las detenciones y las deportaciones, y externalizar a países fuera de la UE el control de la migración, mediante la violación continuada de los Derechos Humanos.

Tras la conclusión de la manifestación, que transcurrió entre las míticas plazas de la Bastilla y La República, asistimos al mitín internacional organizado por el NPA en el teatro de La Republique, y en el que tuvimos el honor de intervenir frente a más de 800 personas. Así lo hicieron también otras delegaciones invitadas de Italia y Francia.

En nuestro caso, pudimos exponer la barbarie cotidiana que sufren las y los miles de migrantes, la mayoría refugiados huyendo de conflictos armados, para atravesar el Mediterráneo y lograr acceder a Europa a través del Estado español, pero también señalamos las responsabilidades del Gobierno del PSOE en coalición, primero con Unidas Podemos y ahora con SUMAR en las criminales actuaciones de nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad comandadas por el macabro Ministro de Interior Grande Marlaska, el cual sigue impune en su cargo cuando se van a cumplir dos años de la masacre de Melilla en la que fallecieron al menos 37 personas y desaparecieron otras 76.

Desde IZAR nos negamos olvidar y mucho menos a perdonar este crimen de lesa humanidad, por el cual aun no se han depurado responsabilidades, ya que tanto el Gobierno español como el marroquí han tratado de oscurecer los hechos por todos los medios.

Hoy, mientras se exacerba un irrespirable ambiente militarista desde los grandes medios de comunicación; se aumentan disparatadamente los presupuestos militares de los países miembros de la OTAN y se alienta y financia la guerra en Ucrania y el genocidio de Israel en Gaza, desde IZAR reivindicamos con más fuerza que nunca el internacionalismo proletario como la única salida que tienen las y los trabajadores y los pueblos explotados del mundo a la barbarie capitalista y su imperialismo de rapiña, el cual parece decidido a empujarnos a una tercera guerra mundial.

Urge de nuevo, como cuando aquellos pocos referentes (Lenin, Trotsky, Luxemburg; Liebknecht…) se opusieron al social-patriotismo de la II Internacional a las puertas de aquella primera Gran Guerra; o como cuando se fundó la IV Internacional en los albores de la II Guerra Mundial, la tarea de construir una Internacional militante, una organización capaz de llevar a cabo acciones y campañas coordinadas a nivel global. Una Internacional que agarre con fuerza el hilo rojo de la experiencia de la mejor tradición marxista revolucionaria.

Sabemos que no podemos encarnar solos esta Internacional Comunista Revolucionaria, pero somos conscientes de que es posible reagrupar a partir del debate teórico y programático en tensión con la intervención sobre el terreno de la lucha de clases con cualquier corriente internacional revolucionaria, para de este modo ser partícipes del proceso de re-composición a nivel nacional e internacional, que ya se está produciendo y en el que humildemente estamos tratando de intervenir desde la TIR (Tendencia Internacional Revolucionaria), para que vuelva a erigirse la conciencia internacional de la clase trabajadora a nivel mundial, pues solo así podremos enfrentar, su pobreza impuesta; sus guerras imperialistas; su degradación del planeta y el resto de amenazas que ciernen sobre nuestras cabezas.