La plantilla de Konecta, principal empresa de Contact Center del estado español, ha iniciado un nuevo ciclo de movilizaciones en su centro de trabajo de Málaga para luchar contra la precariedad que sufre la plantilla. Desde CGT señalan algunas cuestiones que, a su juicio, resultan preocupantes. La principal es el modelo de contratación, ya que en los últimos meses Konecta ha incrementado de manera notable el número de contratos temporales y fijos-discontinuos.
Estos últimos son empleados por la compañía de dos formas: como contratos temporales, con fecha de inicio y fin, y como los antiguos contratos de obra o servicio, vinculados a la duración de una campaña, y que ya fueron prohibidos por una sentencia de la Audiencia Nacional en este sector.
Otras de las cuestiones que destacan son las jornadas de hasta ocho días continuados sin descanso, que resultan legales gracias la firma del convenio sectorial por parte de CCOO y UGT, pero que generan un enorme estrés en un sector cuya principal actividad es la emisión o recepción de llamadas, los errores en nómina, la carga de trabajo, la realización simultánea de tareas o la falta de medidas de conciliación, ya que Konecta acostumbra a denegar constantemente los permisos legalmente establecidos.
Cabe señalar que la empresa saltó de nuevo a los medios de comunicación hace tres meses cuando trasladó a sus trabajadores/as la intención de no abonar las ausencias que se produjeron con motivo del paso de la DANA en la provincia de Málaga. El Comité de Empresa envió al departamento de relaciones laborales, así como al director de recursos humanos, hasta tres requerimientos para que adoptara el teletrabajo, ya que la AEMET había activado el aviso naranja por fuertes precipitaciones, que después se elevó a rojo.
Sin embargo, los responsables de estos departamentos hicieron caso omiso a las peticiones de los representantes legales de los/as trabajadores/as, y el centro abrió sus puertas. Ante el riesgo grave e inminente para la seguridad de la plantilla, y teniendo en cuenta que protección civil había alertado del posible desbordamiento de un rio cercano, muchos/as decidieron quedarse en casa. Los/as que si acudieron fueron desalojados a media mañana, cuando el transporte público ya se había detenido.
A pesar de haber puesto en riesgo la vida de los/as trabajadores/as, y de no haber adoptado el teletrabajo para evitar la paralización del servicio, Konecta pretendía repercutir esta nefasta gestión en su plantilla anunciando los descuentos. La respuesta fue tan rápida como eficaz. El Comité de Empresa hizo pública esta situación y convocó numerosas movilizaciones que fueron seguidas muy de cerca por la prensa. Tras ello, la compañía dio marcha atrás y anunció que finalmente consideraría las ausencias como justificadas y retribuidas.
La lección que extrajeron los/as trabajadores/as fue que, si nos organizamos de manera colectiva, podemos cambiar las cosas. Ese mismo espíritu es el que ha llevado a convocar estas movilizaciones, que además de contemplar paros parciales, huelgas y manifestaciones en el Parque Tecnológico, lugar donde se ubica el centro, también pasa por concentrarse frente a la Inspección de Trabajo para exigir que actúe de inmediato.
¡La lucha sirve!