CONTRA EL GENOCIDIO EN GAZA, ¡VIVA LA JUVENTUD ESTUDIANTIL MOVILIZADA! 2/2

En este dossier reflexionamos sobre la ola de protestas internacionalistas por parte de los y las estudiantes universitarias contra el genocidio sionista y en solidaridad con el pueblo palestino. En esta segunda parte os traemos dos textos, el primero que parte de la experiencia en la Universidad de Granada para reflejar el papel del sistema capitalista en la situación de Palestina, el segundo es una entrevista a varios/as participantes de la Acampada Por Palestina UGR.

La chispa de las acampadas contra el genocidio impulsadas por las acciones en las universidades estadounidenses se ha extendido alrededor del mundo, y estudiantes y trabajadoras universitarias ya han acampado en más de 325 universidades. En concreto en Granada, desde la Asamblea de Estudiantes por Palestina (AEP) se llamó a toda la comunidad universitaria de Granada a construir de la manera más conjunta y unitaria posible la continuidad de la lucha ininterrumpida de los últimos meses y entrar de forma contundente al movimiento internacional de protestas universitarias.

Este y el resto de movimientos sociales, debemos entenderlos dentro de la coyuntura internacional en que se desarrolla, donde factores como la escalada militar mundial o la falta de experiencias de movilización masiva de nuestra generación joven, hace que este nuevo ciclo de movilizaciones tenga importantes peculiaridades. En concreto, en el Estado español cabe resaltar el elemento desmovilizador de un Gobierno central progresista que intenta maquillar el genocidio, que apela a la complejidad de las relaciones internacionales o a la idea del mal menor, lo cual ya hace tiempo que dejó de ser falso y pasó a ser insultante: no hay justificación posible para defender la posición colaboracionista de todos los gobiernos occidentales. Y en todo este clima general, aparecen con fuerza estas formas de protesta de este nuevo ciclo político en clave antiimperialista, que hereda las contradicciones del período anterior, pero que también abre paso a nuevos avances y posibilidades partiendo de los aprendizajes anteriores.

El 15 de noviembre de este mismo curso, durante un encierro en la facultad de Filosofía y Letras de la UGR, las estudiantes que controlaban las puertas de la facultad permitieron entrar a un equipo de cargos institucionales de la universidad, lo que supuso el primer contacto de negociaciones entre las estudiantes y el rectorado. Finalmente, tras meses de acciones coordinadas, el viernes 17 de mayo se reunió un consejo de gobierno extraordinario -que se logró adelantar forzadamente y con representación de una delegación de la acampada-, donde se zanjó finalmente la ruptura de todas las relaciones académicas que se trabajaron todos estos meses atrás y que se acordó en la asamblea de la acampada llevar como reivindicaciones, concurriendo con el aniversario de la Nakba, nada mejor que la lucha para conmemorar los 76 años de Nakba y resistencia permanente del pueblo palestino. Esta victoria parcial se celebra no porque sea suficiente -se seguirá señalando la colaboración de la UGR con empresas e instituciones sionistas-, sino porque las distintas formas de organización y protesta de este curso han demostrado 1) ser una auténtica escuela para confiar en el poder de clase, en la solidaridad entre sectores/luchas y en la capacidad que tenemos de transformar nuestra realidad cuando nos organizamos, 2) que solo mediante la autoorganización de la clase trabajadora, se puede dar salida a la miseria del capitalismo y 3) que la UGR haya sido la primera universidad del Estado español en romper estas relaciones no es por la buena voluntad con la que amaneció ese día el rector, sino por la pelea sostenida intensificada de todo este curso, que fuerza este hito y porque las movilizaciones internacionales han pillado ya organizadas a estudiantes y trabajadoras de la universidad y otros sectores en torno a la lucha pro palestina con gran protagonismo de la comunidad árabe combativa de la ciudad.

La experiencia de esta acampada está también evidenciando en la práctica la caracterización real de otros destacamentos políticos en el seno de la asamblea de Granada o en general, como en el caso de Euskal Herria, donde la negativa a construir unitariamente las acampadas han sido una constante tanto con las distintas asociaciones pro-palestina de allí como con las distintas acampadas del Estado español. Desde Granada, se ha insistido en combatir discursos generales como que el genocidio empezó en octubre, o en el mismo seno de la acampada, la vergonzosa defensa de la solución imperialista de los dos Estados, por parte de polos presuntamente internacionalistas, como es la CJC. Esto, junto al oportunismo de corrientes políticas que han estado desaparecidas de esta lucha y que solo se han sumado a río revuelto tratando de apropiarse del trabajo colectivo previo, evidencia una importante lección del anterior ciclo político y de otras luchas históricas, y es que a partir de una cierta fase de degeneración, algunas formas de organizaciones burocráticas pueden ser un obstáculo, y que perfiles no organizados pueden conocer un nivel de conciencia mayor que aquellos sumidos en organizaciones burocratizadas. Este proceso de elevación de conciencias que está permitiendo la lucha pro palestina y la experiencia de autoorganización de la acampada universitaria, así como la convergencia con otras organizaciones combativas, será más profundo cuanto más trabajo realicemos las y los comunistas revolucionarios. Y este trabajo se revelará de forma clara cuando en un período verdaderamente revolucionario, los sectores que hoy están desorganizados demuestren mayor capacidad para la acción. Resultará obvio entonces que la tarea de las y los comunistas revolucionarios no consiste en precocinar estas luchas, sino en dirigir políticamente la movilización en su conjunto apostando por involucrar cada vez a más estudiantes y trabajadoras. En transformar las movilizaciones populares que estallan al expresarse descaradamente los antagonismos de clase y la situación política, en luchas y huelgas generales en clave anticapitalista. Aunque el movimiento estudiantil internacional está siendo una chispa en la lucha por la liberación del pueblo palestino, para conseguirlo realmente, se necesita una movilización general, de estudiantes y trabajadoras, en coordinación con la Resistencia Palestina, contra nuestros Estados, el imperialismo y sus lógicas capitalistas. El callejón sin salida en el que se encuentra el sionismo está inseparablemente ligado al callejón sin salida del capitalismo mundial.

Ante los debates, ideologías y horizontes en disputa en el seno de estas movilizaciones, las y los comunistas revolucionarios debemos intervenir para tratar que estos espacios se construyan de manera amplia y democrática, estar dispuestos a participar en acciones dirigidas contra expresiones muy claras del imperialismo, como el sionismo, y convencer al resto de compañeras de ir más allá del curso oficial del movimiento y apuntar a sus cimientos capitalistas. Para ello, es necesario vincular esta causa con otras expresiones de la crisis capitalista, ampliando el horizonte de lucha. Cada punto de fisura de este sistema está íntegramente vinculado al resto de injusticias y problemas que lo atraviesan. Pero, además de estudiar esas relaciones, el objetivo final debe ser superar este mismo sistema que engendra todas estas miserias. En base a esto, debemos trabajar por converger las conquistas y avances de todas estas luchas en una misma forma organizativa para que cada empuje por parte de nuestra clase, como estas acampadas, no se diluyan en la nada una vez se agoten. Debemos apostar por construir en términos internacionalistas la única herramienta que hará posible evolucionar esta lucha hasta congregar los diferentes combates y sus conquistas para acabar con el capitalismo, que es el partido internacional de la clase trabajadora. Porque la aparición de esta conciencia de clase revolucionaria, no es el resultado automático de la lucha de clases como la que se expresa hoy en torno a la solidaridad con Palestina, sino que necesita de todas quienes ya han alcanzado dicha conciencia de clase revolucionaria para que se organicen e intervengan de la manera más cohesionada y eficaz posible, reagrupando cada vez a más revolucionarias al calor de estas movilizaciones masivas y elevando el nivel de conciencia de estudiantes y trabajadoras, para que se pase de una lucha social elemental por unas reivindicaciones inmediatas como las que exigimos desde las acampadas, a una lucha política por la transformación revolucionaria de la sociedad que acabe con las fronteras, la propiedad privada, las clases sociales y la división imperialista internacional del capital que conduce a la opresión de los pueblos.

ENTREVISTA A VICENTE, LAURA, MAITANE Y MARÍA, QUE PARTICIPARON EN LA ACAMPADA POR PALESTINA UGR

Cómo surge la acampada de denuncia del genocidio sionista y qué colectivos la forman?

Vicente: La acampada surge como una forma de protesta ante la neutralidad de nuestras instituciones y gobierno central en el marco del genocidio del pueblo palestino. En concreto, al insertarse en el movimiento estudiantil, surge para denunciar y negociar el cese de los vínculos que la Universidad de Granada tenía con distintas universidades e instituciones israelíes. Gracias al trabajo de distintas organizaciones, como el BDS o la Asamblea de Estudiantes por Palestina, que venían manifestando estas y otras reivindicaciones contra el estado genocida de Israel desde hacía meses, esta acampada no toma a la ciudad de Granada y a los estudiantes por sorpresa, y es por ello por lo que se obtienen frutos antes que en otras universidades del estado español.

El núcleo de la acampada lo compusieron las dos organizaciones mencionadas —BDS y AEP—, el Frente de Estudiantes, IZAR, CJC, la Red Universitaria por Palestina y la USE, pero había militantes y representantes de otras organizaciones, como Extinction Rebellion, Asamblea Antiespecista de Granada o el MS, además de contar con el apoyo y la colaboración de sindicatos y colectivos como la CGT, CSTA o SAT.

¿Cuáles son las reivindicaciones en las que se enmarca para levantarla?

Laura: El cumplimiento por parte del rectorado de nuestros objetivos mínimos, tras la ruptura de relaciones académicas con instituciones israelíes. Trasladar así la lucha al exterior y presionar esta vez a otros entes participantes del genocidio como el gobierno central.

¿Qué otros colectivos, sindicatos y organizaciones os han dado su apoyo?

Maitane: Los colectivos, sindicatos y organizaciones con los que más colaboramos fueron las compañeras del BDS, con quienes llevamos ya todos estos meses de lucha conjunta, la CNT y XR con quienes también hemos mantenido contacto y, sobretodo, con gente independiente que se sumaron a la acampada para luchar por la causa.

¿Qué casos de represión política o académica habéis sufrido en este tiempo?

María: Las movilizaciones en solidaridad con Palestina tuvieron un fuerte impacto dentro de la provincia de Granada y, en especial, en la universidad, desde el comienzo de su lucha en el mes de Octubre. Fue en ese mismo mes donde las fuerzas policiales del gobierno de PSOE – SUMAR actuaron con la Ley Mordaza en mano para reprimir a 2 de las activistas de la Asamblea de Estudiantes por Palestina, también militantes de IZAR. Con esa ley aún no derogada – a pesar de la promesa de hacerlo si llegaban a gobernar – se les acusa hoy en día de obstrucción policial y desórdenes públicos, entre otros, durante la huelga estudiantil en solidaridad con Palestina del 16 de octubre de 2023 y se les obliga a pagar una multa económica que suma un total de 1202€. Las compañeras de la Asamblea pusieron en marcha una campaña contra la represión y en solidaridad con este caso abriendo una caja de resistencia y llevando a cabo barriles de recaudación y concentraciones unitarias con más organizaciones a las puertas de la Subdelegación de Gobierno de la provincia de Granada en repulsa ante este caso concreto de represión y en solidaridad con otros que también se estaban y se están viviendo en las calles de Granada como es el caso de las 3 compañeras del SAT.