HUELGA DE TELEOPERADORES/AS EN KONECTA MÁLAGA: UN SECTOR ALTAMENTE PRECARIZADO

El pasado 22 de febrero la plantilla de Konecta BTO en Málaga llevó a cabo una huelga para exigir mejoras en su centro de trabajo. Entre sus reivindicaciones destacan una mayor contratación, dada la escasez de personal que ha venido generando en los últimos meses una carga de trabajo inasumible, el respeto de las pausas visuales o PVDs que están establecidas por convenio, y que la empresa no gestiona de igual manera en todas las campañas, el fin de los errores en nómina, ya que desde que se puso en marcha el centro de trabajo hace más de dos años se vienen registrando múltiples incidencias como impagos de complementos o descuentos por ausencias que no son tales, que no se llame a trabajadores/as que están de libranza o vacaciones para que se incorporen a su puesto, vulnerando Konecta el derecho a la desconexión digital, o el establecimiento de un sistema de incentivos justo, ya que no en todas las campañas se abonan, y en las que se hace, se penaliza ilegalmente por asistencia al médico o el disfrute de permisos remunerados.

La convocatoria, que llevó a cabo el sindicato CGT en solitario, fue todo un éxito. Tal es así que pocos días después de los paros, el director de recursos humanos del grupo Konecta, Jaime Castel, se trasladó hasta Málaga para mantener una reunión con el Comité de Empresa, proponiendo una serie de medidas que dieran respuesta a las reivindicaciones anteriormente expuestas como el aumento de la plantilla, la mejora en la gestión de las pausas visuales, el establecimiento de incentivos en todas las campañas y la revisión de las nóminas.

Este hecho solo viene a corroborar lo que CGT defendió de cara a esta convocatoria, y lo que desde Izquierda Anticapitalista Revolucionaria venimos afirmando siempre: la organización, la lucha colectiva y la huelga son las mejores herramientas que tiene la clase trabajadora para hacer frente a los abusos patronales. Han sido meses de reuniones, denuncias ante la Inspección de Trabajo que han tenido mayor o menor efecto, y mediaciones ante organismos extrajudiciales. Sin embargo, Konecta sólo ha movido ficha después de una movilización sin precedentes en el centro. Estos movimientos no se entenderían sin las asambleas de trabajadorxs, la participación colectiva y todo lo que ha desencadenado en una huelga que ha dejado prácticamente vacías las salas en algunas campañas.

A principios del año 2022, CGT ya consiguió que la Inspección de Trabajo regularizará decenas de contratos en fraude de ley, ya que la empresa tenía como práctica habitual encadenar contratos temporales superando los plazos legalmente establecidos, incluso dando de baja y automáticamente de alta a los y las trabajadoras en la Seguridad Social para evitar hacerles indefinidas, y que se reconociera la antigüedad real, ya que sólo se tenía en cuenta la fecha del último contrato. Además, se logró que se contabilice el tiempo dedicado para acudir al baño separado de los descansos o las pausas visuales, tal y como establece una sentencia del Tribunal Supremo. Ahora, desde el Comité de Empresa vienen reclamando, además de lo anteriormente mencionado, el reconocimiento de la categoría de gestor y la conversión de los contratos fijos-discontinuos en indefinidos.

Las condiciones de estos/as trabajadores/as no son excepcionales en un sector donde la precariedad es la protagonista. A finales de 2022, los sindicatos lanzaron una denuncia pública contra la empresa NTT Data, que gestiona el servicio de atención telefónica del Ayuntamiento de Madrid, ya que obligaban a la plantilla a recuperar el tiempo invertido para el baño. Tras la firma del III Convenio de Contact Center por parte de CCOO y UGT la precariedad no hizo más que afianzarse: salarios que a punto están de quedarse de nuevo por debajo del SMI, como ya ocurriera durante la vigencia del anterior convenio, jornadas de hasta ocho días seguidos con sólo dos de descanso, o descansos de 20 minutos para la comida. En este sentido, CGT llevó a cabo numerosas huelgas y paros parciales para exigir que se incluyeran mejoras en el texto legal. Si bien la firma del III Convenio se llevó finalmente a cabo, no se puede negar que se vivió una gran movilización en el sector que paralizó numerosos centros del estado español, y que, sobre todo, hizo entender a los y las trabajadoras que, mediante la organización, pueden plantar cara a la patronal.

Una patronal que, a pesar de los beneficios millonarios que aumentan cada año, busca constantemente la manera de incrementarlos mediante la reducción de costes a través de la contratación temporal, el aumento de la carga de trabajo, los despidos, con una especial incidencia de los despidos disciplinarios tras la reforma del modelo de contratación, o la negación a regular algunos permisos remunerados. Sin embargo, deben entender que sus beneficios no lo generan esclavos, sino trabajadores/as que son capaces de luchar por sus derechos y que pueden poner en peligro su rentabilidad. Nos quieren en precario, nos tendrán organizados/as.