Unas cifras de récord. Lo que nos cuentan…
La banca presentó nuevamente un beneficio récord. Cerraron 2023 con 26.000 millones de euros solo entre los 6 bancos que forman parte del IBEX 35, un 24,38% más que en 2022, repartidos en 10.750 millones para Santander, 7.835 millones para el BBVA, casi 5.000 millones para Caixabank, 1.310 millones para Banco Sabadell, 860 millones para Bankinter y mas de 300 millones para Unicaja.
En un año donde el poder adquisitivo de los y las trabajadoras ha bajado, por segundo año consecutivo, una media de más de un 2% y en el que hemos visto unas subidas bestiales de las hipotecas, los bancos nos presentan estas cifras colosales de beneficios. Blanco y en botella. Así lo dicen en un artículo de ElEconomista.es, en el que admiten que estas cifras récord se deben en gran medida “al empuje de la subida de los tipos de interés”, que suena mejor que decir que es gracias a la rapiña de las subidas de los intereses a las familias trabajadoras que han tenido que ir haciendo frente además a las subidas del precio de los alimentos, energías, combustibles y etc.
… y lo que no
Sin embargo, no solo del “empuje” de los intereses los bancos generan estos beneficios. Lenin explicaba en “Imperialismo: la fase superior del capitalismo” como la concentración de la producción, la formación de los monopolios y el mayor peso de los bancos en la industria permitió el ascenso del capital financiero y la dominación de las oligarquías financieras. Este peso permitía a los bancos establecer que sectores eran más rentables para invertir y, por tanto, dirigir que sectores se debían desarrollar más.
Vamos a dar dos ejemplosactuales, de los que se habla poco o muy poco en los grandes medios, pues si bien de vez en cuando hacen algunas menciones al negocio armamentístico, no nos comentan el volumen de inversiones en armas nucleares o la financiación de los bancos españoles a las empresas armamentísticas que se dedican al control de las fronteras en el Mar Mediterráneo.
Empezando por lo segundo, un informe elaborado por el Centre Delàs d’Estudis per la Pau demostró que 44 instituciones financieras con sede en el Estado español, a través de 4.679 operaciones, destinaron entre 2020 y 2022 más de 14.308 millones de dólares a financiar a 12 empresas que participan en la militarización de las fronteras. Entre los que lideran el ranking, no nos debe sorprender, contamos con bancos que quizás nos suenen: Banco Santander y el BBVA, con 4.985 y 4.752 millones de dólares, respectivamente suman más del 68% del importe total de las operaciones realizadas; CaixaBank y Banco Sabadell, 182 millones y 95 millones, respectivamente. El informe señala además que el Banco Santander y el BBVA se encuentran entre los 100 bancos a nivel mundial que más vínculos tienen con estas empresas.
A nivel de las armas nucleares, las organizaciones International Campaign to Abolish Nuclear Weapons (ICAN) y PAX señalan que entre BBVA, Banco Santander, Banco Sabadell y CaixaBank financian con 11.051 millones de dólares a las empresas de la industria armamentística nuclear. De hecho, a pesar de la entrada en vigor del TPAN (Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares) las inversiones del Santander en estas empresas solo ha hecho que aumentar, y por su parte el BBVA, se encuentra en los principales inversores de las empresas involucradas inversiones en el conflicto de Yemen.
Los bancos dirigen nuestras vidas…
Como olvidar además, los estudios que señalan que casi el 80% de los más de 3 millones de las viviendas en el Estado español están en manos de los bancos y fondos buitre, los mismos que están explotando el “negocio” de los cuidados de nuestros/as mayores mientras se suceden las noticias de como los y las ancianas fueron abandonadas a su suerte durante la pandemia, todo ello sin que el nombre de Florentino Pérez salga a la palestra en ningún medio como uno de los máximos responsables.
De aquí salen los beneficios de los bancos: de estrangularnos con intereses para tener un techo donde dormir mientras especulan con millones de casas vacías; de financiar los instrumentos para matar seres humanos, o para impedir que las personas inmigrantes huyan de la miseria y guerras que tanto enriquecen al capital financiero de todo el mundo; de explotar y deshumanizar los servicios públicos, convirtiéndolos de derechos a privilegios para saquear lo poco que queda en los bolsillos de la clase trabajadora.
¡Dirijamos los bancos!
Todos/as aquellos/as que aspiramos a tener, por ejemplo, unos servicios públicos de calidad y destinados a cubrir las necesidades de las personas, no podemos pasar por alto una cuestión central. Para eso hace falta una gran inversión y eso es imposible si a los mandos del dinero siguen los capitalistas. Para poder crear un plan económico para cubrir las necesidades de la mayoría de la población en materia de educación, sanidad, cuidados, vivienda y etcétera es necesario crear un sistema único de inversión y crédito, bajo control de esa misma mayoría social. Esto no es posible sin la expropiación de los bancos privados y la concentración de todo el sistema de crédito en un único banco estatal público bajo el control de los y las trabajadoras.
La expropiación de los bancos no significaría en ningún caso la expropiación de los pequeños depósitos. Es más, este Banco estatal público podría dar mejores condiciones para estas personas que los bancos privados de la misma manera que daría a los autónomos créditos “más baratos”. Todo ello además, mientras el grueso de la economía se dirige a servir los intereses vitales, las necesidades de todo el conjunto de la sociedad. No obstante, la estatización de los bancos sólo dará resultados favorables si el estado que lo dirige está en manos de los y las trabajadoras. Sin ese punto, sin arrebatarle el poder a los capitalistas, no será posible construir otra sociedad donde primen satisfacer las necesidades de las personas en lugar de los beneficios de unos pocos.