SUMAR Y PODEMOS: UNA DIVISIÓN ARTIFICIAL

Cuando en la presentación de SUMAR el pasado 2 de abril, Yolanda Díaz lanzaba algún dardo contra la tutela de Pablo Iglesias y este respondía que «Podemos se siente víctima de una campaña de desprecios, insultos y ninguneos», quedó claro que asistimos a una confrontación entre ambas organizaciones pero, ¿es un debate en base a orientaciones políticas distintas o, por el contrario, es una disputa por liderar la “alternativa” electoral al PSOE?

SUMAR y PODEMOS, la misma política con distintas siglas

En octubre de 2018, Pablo Iglesias escribía en Twitter “La condición para llegar a acuerdos sobre política social, sobre política económica y sobre derechos civiles es dialogar, dialogar y dialogar.”. En el acto en el Polideportivo Magariños de Madrid, Yolanda Díaz planteó que “La política con mayúsculas es dialogar con el que no piensa como nosotras para llegar a acuerdos, acordar, unir voluntades esperanzas y sueños”. Un refrito de lo que ya proclamaba el pasado julio: “La política es escuchar, escuchar y escuchar con mucha calma. La política es dialogar, dialogar y dialogar. La política es tender la mano y después de escuchar y de dialogar, sí ser capaces de llegar a acuerdos, y ¿para qué? Para cambiar la vida de la gente”. El 17 de enero de 2014, al salir del teatro del Barrio, Iglesias afirmaba que una minoría de privilegiados había secuestrado la democracia, Díaz también se hacia eco hace unas semanas al plantear que “uno de los grandes retos de Sumar es ensanchar la democracia”. Los paralelismos entre ambos discursos son más que evidentes, como lo son la práctica que han llevado a cabo.

– Con Pablo Iglesias como vicepresidente las empresas del IBEX 35 obtuvieron 57.797, un 83,5% más que en 2019. El sector de la construcción, la banca y el sector energético duplicaron, triplicaron y hasta cuadriplicaron sus ganancias durante la crisis sanitaria. Los dueños de las 100 mayores fortunas del Estado Español son 5.375 millones más ricos hoy que antes del Covid. Mientras tanto, el artículo 135 de la Constitución sigue asfixiando nuestros servicios públicos; que los desahucios se dispararon en 2021 un 57%, siendo la cifra más alta en 5 años y que los intereses de los tenedores de la deuda y de los bancos siguen estando claramente por encima de los intereses de las familias.

– Con Yolanda Díaz es más de lo mismo, basta solo con observar cómo aumentan los precios y los alquileres muy por encima de los salarios, sumados a una luz y gas cada día más caros y cómo la sanidad y la educación privada siguen mermando a nuestros servicios públicos. Mientras nuestra juventud vive asolada por un paro crónico y se elabora una reforma que rebaja la cuantía de las pensiones a nuestros y nuestras mayores. Y por si todo eso fuese poco, cuando los y las trabajadoras deciden movilizarse por la subida de sus salarios, la respuesta es la represión al son de las tanquetas y de una ley mordaza que no se ha derogado.

SUMAR, PODEMOS y el proyecto reformista

La aparición de SUMAR no responde a ningún cambio de orientación política con respecto a PODEMOS. Sigue siendo en esencia el mismo proyecto político, que entienden Díaz y compañía que les permitirá afrontar mejor el nuevo periodo electoral. Porque SUMAR, al igual que PODEMOS, defiende una orientación política centrada en los procesos electorales y en tratar de alcanzar las instituciones para acabar aplicando políticas contrarias a las que defendían en sus orígenes.

El problema al que se enfrentan tanto unos como otros es el mismo. Ni han estado ni están dispuestos a enfrentarse a los intereses de los más ricos. Algunas medidas han supuesto un ligero alivio temporal para los que acaben beneficiándose de dicha medida, pero no cambiará en ningún caso el problema de fondo. Ese es el problema central de este Gobierno y de quienes lo componen se llamen Pablo Iglesias, Alberto Garzón, Irene Montero o Yolanda Díaz. Y como no están dispuestos a realizar ese enfrentamiento, construyen herramientas políticas que no buscan agudizar la movilización y la conflictividad social en la calle, en los centros de trabajo y de estudio, sino marcos para alcanzar puestos institucionales para gestionar el sistema capitalista como simple muleta del PSOE en un co gobierno.

PODEMOS – SUMAR, pero no cambiarán nuestras vidas

Los llamados a la unidad electoral de unos y otros, independientemente de si se da o no, ni sirve ni va a servir para responder a las consecuencias de esta crisis perpetua que ve como se disparan los precios sin que aumenten los salarios mientras se recrudecen las guerras interimperialistas y se hace cada día más palpable los efectos desastrosos del cambio climático. Para cambiar este escenario hace falta algo más que una u otra propuesta de gestión “progresista” del sistema capitalista.

Las organizaciones políticas, los y las sindicalistas, los y las activistas que hacemos este mismo diagnóstico tenemos una responsabilidad para converger y para proponer otra hoja de ruta. Los estallidos sociales en países como Francia o Grecia se suma al aumento de las huelgas en el Estado español y a la masificación de la lucha por la sanidad demuestran que dicha alternativa es posible.

Para ello, los y las que tenemos como brújula la imposición de un programa de urgencia social mediante la movilización y las huelgas, con total independencia de quienes gobiernen, debemos tomar la responsabilidad de converger y de hacer converger a todos los y las que salen a la calle por los servicios públicos, las pensiones, el derecho a la vivienda, la subida de los salarios o los derechos democráticos, asumiendo que defender esas cuestiones significa en la práctica enfrentarse a los intereses de los que más tienen.

Desde IZAR hemos lanzado varias propuestas al conjunto de la izquierda combativa y aunque la inmensa mayoría ha preferido obviarlas, no nos resignamos y seguiremos llevando a cabo esa política de aportar respuestas unitarias con aquellas organizaciones que nos han contestado.