Primero en Segovia, dos días después en Burgos y hace unos días en Vitoria, Pedro Sánchez ha sido recibido con gritos de “traidor” por el movimiento en solidaridad con Sáhara libre.
No son las primeras movilizaciones ni serán las últimas. La consolidación de la política de alianza con Marruecos en contra del pueblo saharaui, perpetrada por el gobierno de PSOE-UP en marzo del año pasado, no ha caído en el olvido. Así se constata con las protestas que han tenido lugar en los últimos días durante los mítines de Pedro Sánchez, quien no se ha dignado a dar ningún tipo de explicación a los/as presentes del porqué de su apoyo a Marruecos en la ocupación del territorio saharaui.
Vulnerando las resoluciones de la ONU, el gobierno de PSOE-UP comunicaba por carta a Mohamed VI, hace ya más de un año, su apoyo a que los territorios del Sáhara Occidental se reconocieran formalmente como pertenecientes a Marruecos, negando por supuesto la posibilidad de convocar un referéndum de autodeterminación, violando así el derecho del pueblo saharaui a decidir sobre su futuro y rompiendo todos los compromisos históricos que el Estado español contrajo con el pueblo saharaui tras la colonización de su territorio.
Las consecuencias de esta decisión de Pedro Sánchez se verán a medio y largo plazo. Por lo pronto, ya queda más que patente el incremento de la violencia de la dictadura marroquí sobre los activistas y sobre cualquier persona que el régimen de Mohamed VI no considere de fiar. Sin ir más lejos, el pasado 28 de mayo, Marruecos impedía la entrada de Sidahmed Hanini, un activista y ex-preso saharaui, y a su esposa, reteniéndoles los pasaportes en el aeropuerto de El Aaiún y devolviéndolos a Canarias. En diciembre falleció de una enfermedad terminal el periodista saharaui Mohamed Salem Bachraya en Canarias unas semanas después de que las autoridades marroquíes le impidieran entrar en su tierra natal para despedirse de su familia y amigos/as. Amnistía Internacional, en su informe anual, denuncia el recrudecimiento de la represión contra los/as activistas perpetrado por las autoridades del país: “siguen aplastando la disidencia, dispersando protestas pacíficas y restringiendo las actividades de varias organizaciones que consideraban opositoras”.
Una vez más tenemos que lamentar el papel desempeñado por el gobierno autodenominado “el más progresista de la historia”, en este caso por el apoyo a una dictadura para aplastar las legítimas protestas de un pueblo colonizado. Por su parte, Unidas Podemos, aunque manifestó su descontento con la carta dirigida al rey de Marruecos, no ha tenido ningún problema en seguir manteniendo el gobierno de coalición y en seguir sirviendo de muleta al PSOE. Una vez más Unidas Podemos entra por el aro; demuestra lo inservible de su papel en el gobierno de coalición, desilusiona a los/as trabajadores/as que todavía confían en ellos/as lanzando el mensaje de que no es posible hacer otra cosa y es necesario claudicar, y demuestra su papel de conciliación de clase y de actor apaciguador de las masas. La lucha por el Sáhara debe continuar, ¡por el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui!