La movilización en Madrid crece
El pasado 12 de febrero, 1 millón de personas acudieron a la manifestación convocada en Madrid en defensa de la sanidad pública. En esta ocasión se organizaron cuatro columnas que partieron desde los puntos cardinales de la ciudad, para converger en la Cibeles. La respuesta, como se pudo observar con fotografías aéreas, no pudo ser más masiva y contundente, superando incluso la del 16 de noviembre como la más grande de todo este proceso de lucha sanitaria en Madrid.
Trabajadores y trabajadoras sanitarias, usuarios y usuarias con sus familias, así como diferentes asociaciones, plataformas y organizaciones sindicales y políticas llenamos las calles en defensa del sistema de sanidad público y en solidaridad con la huelga que está manteniendo el personal sanitario. Escenarios como los del pasado febrero, siguen demostrando el enorme apoyo social a este conflicto y la percepción general de que hay mucho en juego.
Aprovechándose de este sentir generalizado, pudimos ver otro elemento destacable. Por primera vez, de forma clara y organizada, los partidos del co-gobierno PSOE y Unidas Podemos asistieron con sus cortejos y pancartas.
Cómo defienden PSOE y UP la sanidad pública
Habíamos avanzado que en este contexto, con la figura de Ayuso y su gobierno concentrando y encarnando la política de recortes, la coalición que gobierna el Estado español se encontraría en un escenario favorable para, pensando en las elecciones que están por venir, presentarse en las movilizaciones como la alternativa a esos recortes del PP. Una estrategia que ya avanzó Pedro Sánchez en un acto de UGT en enero, donde habló de la gestión progresista de la crisis como alternativa a la propuesta liberal.
Este discurso de salvavidas de la sanidad pública por parte de PSOE y UP no puede ocultar la realidad de sus hechos de su gestión en el gobierno. Las cifras desmienten el relato de Sánchez o Díaz con bastante facilidad. Si bien es cierto que para este año el presupuesto en sanidad ha aumentado hasta los 7.049 millones de €, un 6,7% más que los 6.606 millones de € de 2022, es igual de cierto que aún no se han recuperado ni siquiera la inversión de 7.330 millones de 2021. No hemos llegado a recuperar la bajada de los fondos destinados a la sanidad pública de 2021 a 2022, que fue un 9,88% menos.
Es difícil cuando nos movemos en cifras tan altas, saber si se destina lo suficiente o no a un servicio público, pero queda a las claras cuando se comparan: Por habitante, el Estado español destina 1.907 € en sanidad, siendo la 6ª economía europea. La media de la UE es de 2.244 € por habitante. No llegamos ni a la media y la diferencia se vuelve aún más enorme cuando lo hacemos por países: ya no solo nos superan estados con un mayor PIB como Alemania con 4.418 € por habitante, siendo la 1ª potencia económica europea; el Reino Unido con 3.759 €, siendo la 2ª; Francia con 3.523 €, siendo la 3ª o Italia con 2.043, siendo la 4ª. También lo hacen países con un PIB menor al del Estado español, como Países Bajos con 4.345 €, siendo la 7ª economía europea; Bélgica con 3.361 €, siendo la 12ª; Irlanda con 4.187 €, siendo la 13ª y Austria con 3.732 €, que ocupa el puesto 14.
No todos los ministerios han tenido esas partidas de fondos tan claramente insuficientes. El gasto en defensa se ha disparado un 26,3% más que el año pasado, situándose en cifras oficiales en 12.825 millones de €, casi el doble de lo destinado a la sanidad. Una diferencia que es en realidad mucho mayor, tal y como demuestra el estudio realizado por Juan Carlos Rois, que eleva el presupuesto para defensa hasta los 26.341,01 millones de € ¡cuatro veces más que en sanidad! Así incluso el progresista gobierno de PSOE y UP superarían la promesa a la OTAN de destinar el 2% del PIB a defensa, situándolo cerca del 3%. Este y otros datos como el aumento en la compra de armas en un 109% demuestran cuales son las prioridades del Gobierno y como su objetivo es auparse en las movilizaciones, presentarse como los salvadores de los servicios públicos, obtener buenos resultados electorales y seguir gobernando con una brújula que no son los intereses de la clase obrera y la juventud.
Los servicios públicos y el pago de la deuda son incompatibles
Es necesario, por tanto, construir un discurso alternativo al de PSOE y UP, impulsar las movilizaciones y apoyar las luchas de los y las trabajadoras sanitarias. Debemos poner de nuevo encima de la mesa la cuestión del impago de la deuda. Actualmente la deuda se sitúa en 1.505.538 millones de €, es decir, un 115,6% del PIB del Estado español. Con estas cifras es ilusorio pensar que se puede establecer unos servicios públicos de calidad mientras el artículo 135 de la Constitución (firmado conjuntamente por PP y PSOE) garantiza el pago de la deuda y sus intereses por delante del gasto social. Solo en intereses pagamos en 2022 30.175 millones de €.
Por tanto, hemos de negarnos a pagar su deuda, provocada por los rescates a los bancos y empresas para proteger sus beneficios, empezando por derogar el art. 135 y así destinar estos fondos a cubrir las necesidades de la inmesa mayoría de las personas. No sera el gobierno PSOE-UP quienes lleven esta hoja de ruta, sino que estas reivindicaciones deben unirse para crear un programa de urgencia social para blindar los servicios públicos y que puedan satisfacer las necesidades de la clase trabajadora y la juventud. Un programa que solo puede ser impuesto mediante la huelga y la movilización dentro de un calendario unitario.
Para ganar la lucha por la sanidad pública, pensamos que es imprescindible llevar esta lucha en Madrid al resto del estado, construyendo una huelga sanitaria en todo el Estado español. Esta huelga debería servirnos para impulsarnos, no para llevar a las instituciones a Sánchez o Díaz, sino como primer paso para conseguir unos servicios 100% públicos, gratuitos y universales.