MOVILIZACIONES Y CONVOCATORIA DE HUELGA EN LA ALHAMBRA: UN PRIMER BALANCE

¿Qué hacer en la Alhambra? La huelga como herramienta

Como llevamos difundiendo por parte de nuestra organización, desde hace unos meses se está llevando a cabo una lucha dentro de la Alhambra. A causa de un proceso de estabilización nefasto, donde se han estabilizado plazas pero no personas, más de treinta compañeros/as se han quedado en la calle o en situaciones más precarias de las que ya sufrían. El Patronato de la Alhambra y la Junta de Andalucía son responsables de haber tenido en fraude de ley a estos trabajadores/as, pero ahora, siguen lavándose las manos.

El pasado 25 de febrero se celebró en la Alhambra una asamblea de trabajadores/as afectadas por dicho proceso. Ahí mismo se acordó llevar a cabo movilizaciones durante todo el mes de marzo para visibilizar la situación tanto hacia afuera, turistas y visitantes del monumento, como hacia adentro, apelando a los y las compañeras que podían haber estado en la misma situación o que lo pueden estar así como a los compañeros fijos. Tanto CGT como CSTA, ambos sindicatos con representación en el comité de empresa, votaron a favor de estas propuestas. Tras las movilizaciones, se realizó una asamblea de balance el día 17 de marzo. Los y las compañeras de la CSTA propusieron seguir realizando concentraciones que culminaran en un día de huelga durante la Semana Santa exigiendo la reubicación de los y las trabajadoras despedidas, un aumento real de la plantilla y acabar con la privatización encubierta de los servicios que solo generan más precariedad laboral. Se optaba por la convocatoria de un día de huelga al entender que frente a los despidos ningún sindicato debería estar callado pero también porque es la forma de presión más importante para imponer las reivindicaciones de los y las trabajadoras. Sin embargo, en esta ocasión ningún sindicato con presencia en el Comité de empresa (CCOO, UGT, CSIF, CGT) apoyó tal iniciativa salvo la CSTA.

¿Por qué era necesario convocar esta huelga a pesar de ser ésta minoritaria?

Las huelgas sirven para presionar a la empresa o a la administración. El miedo a la paralización de la actividad empresarial, en este caso a la paralización del monumento, es el arma más potente que tienen los y las trabajadoras. Sin embargo, hasta llegar a ese objetivo, las convocatorias de huelgas aunque sean minoritarias también permiten mover líneas. En efecto, cuando un Comité de empresa no responde con celeridad frente a un ataque como puede ser el caso de unos despidos, es imprescindible que al menos una organización sindical decida mover ficha convocando movilizaciones e incluso una huelga. Dicha convocatoria conlleva inevitablemente que el conjunto de la plantilla así como sus organizaciones sindicales tengan que posicionarse. Nadie se puede poner de perfil. O decides ponerte en huelga en contra de los despidos y por el aumento de la plantilla o decides ir a trabajar. Y en el caso de pensar que el problema es la forma de la convocatoria, no tienes más remedio que proponer una alternativa. Eso es lo que finalmente ha acabado ocurriendo con la convocatoria de una asamblea de trabajadores/as de la Alhambra para someter a votación una posible huelga para el mes de mayo sobre la base de las mismas reivindicaciones aprobada, esta vez, por unanimidad en el Comité de empresa. En esas circunstancias es normal que la CSTA decidiera entonces desconvocar la huelga del 15 de abril.

La convocatoria de huelga, por tanto, no solo buscaba la paralización de la Alhambra, puesto que todo el mundo era consciente de las limitaciones, pero sí servía para diferentes cuestiones que son importantes, más allá de las expresadas, tanto para el presente como para el futuro. Por un lado, para hablar con los y las compañeras de trabajo que entienden y sufren las mismas condiciones de precariedad y temporalidad. La realidad es que la reubicación de los y las compañeras despedidas supone, de facto, un aumento de plantilla (algo por lo que se lleva peleando durante años en la Alhambra); por otro lado, para visibilizar con los compañeros/as, entre los medios de comunicación y hacia el conjunto de la sociedad que no es posible que un monumento que recibe más de 8.000 visitas diarias no pueda asumir la reubicación de los y las compañeras que se han quedado en la calle tras el proceso de estabilización y, por último, para denunciar la privatización encubierta que tanto el Patronato como la Junta de Andalucía llevan años desarrollando.

Es más necesario que nunca defender un sindicalismo combativo que defienda todos los puestos de trabajo y no divida a los y las trabajadoras

Al igual que ha ocurrido en otros sectores, como en educación, los procesos de estabilización se han llevado a cabo sin tener en cuenta a todos esos trabajadores y trabajadoras que llevan décadas sirviendo a la administración pero con contratos precarios. Las nuevas incorporaciones, a veces, traen confrontación entre los trabajadores que tienen mucho tiempo de servicio y los que han conseguido un puesto de trabajo estable. No podemos seguirle el juego a la administración. Debemos llevar a cabo una política de unidad entre los y las trabajadoras. Los y las compañeras de la CSTA han tenido esto claro. La reubicación de los y las compañeras no se defiende a costa de expulsar a los y las nuevas trabajadoras sino aumentando la plantilla, tal y como prometió el patronato que haría hace ya casi dos años.

El próximo día 30 de abril tendrá lugar la asamblea de trabajadores/as de la Alhambra para someter a votación una posible huelga en el monumento. Es muy importante que ésta haya sido convocada de manera unitaria por los 5 sindicatos con presencia en el Comité de empresa. La Alhambra tiene que cambiar de rumbo. Una huelga es más necesaria que nunca para exigir el cumplimiento del aumento de plantilla, denunciar la privatización encubierta, lograr la reubicación de los y las compañeras que han sido cesadas de su puesto de trabajo y arrancar el plus por penosidad y la movilidad funcional.