LAS CONSECUENCIAS DE LA POLÍTICA SANITARIA DE AYUSO

Noviembre ha sido sin duda un mes marcado en Madrid por la situación del sistema público de sanidad. No en vano, el mes empezaba con la llamada noche de Halloween en los centros sanitarios madrileños, un escándalo de tal calibre que ha sido imposible de ocultar por el aparato mediático burgués y que ha provocado un estallido masivo en Madrid como hacía años que no ocurría.

Un escándalo que desnuda el desmantelamiento de la sanidad pública

El 31 de octubre por la mañana, se realizó una última reunión entre los sindicatos Satse, CCOO, CSIT UP y UGT y la administración de Ayuso para reordenar las urgencias extrahospitalarias. Se acordó que los centros debían contar con una persona al menos de cada categoría profesional: celador/a, enfermer@ y médic@. De no poder cumplirse con este mínimo de personal sanitario , el Punto de Atención Continuada, los antiguos Centros Sanitarios 24 horas, deberían cerrarse. La orden de la consejería de Sanidad es redirigir a los trabajador@s de unos centros a otros, para reunir ese mínimo de 3 al que se habían comprometido. A los que pusieron dudas o se intentaron negar, les amenazaron con sanciones y suspensiones de sueldo,  entre otras coacciones.

Como no podía ser de otra manera, el desastre estaba servido en los centros de 24 horas. Ausencia de médic@s, enfermer@s obligad@s a moverse de centro en centro para sumar el mínimo requerido y así abrir el centro aún sin médic@. El escaso personal no conocía las instalaciones y en muchos casos faltaba también material médico imprescindible para dar una atención adecuada, producto de los continuos recortes en la sanidad pública. 

La tragedia pudo ser importante pues conviene recordar que cuando falta un doctor/a en el servicio de urgencias, los y las enfermeras no pueden diagnosticar ni prescribir a nadie, por lo que aunque legalmente pudieron abrir el centro, no tenían la capacidad real de atender urgencias serias. Ya vemos lo que importa la salud y la vida del conjunto de la clase trabajadora a los servidores de la burguesía.

En definitiva, 26 de los 80 puntos existentes tuvieron que dar el servicio sin la presencia de un/a médic@ durante la madrugada del 1 de noviembre. Esto en el mejor de los casos ya que 12 más permanecieron cerrados por la imposibilidad de abrir por la ausencia del personal sanitario mínimo requerido. En todos los demás se registraron graves deficiencias de material, instalaciones, etc.

No es un episodio, es una política

Unas semanas después de la masiva manifestación por la sanidad pública del 13 de noviembre y de que Ayuso se vanagloriara del sistema sanitario madrileño, recogemos aquí la experiencia de una mujer trabajadora que acudió a urgencias de maternidad:

“Llegué sobre las 19h de la tarde y ya había un montón de mujeres para hacer atendidas, casi 20. Al entrar al triaje y contar mi caso lo primero que me dicen es que voy a tener que esperar mucho y que si puedo, que me vaya a casa. El motivo es que son solo 3 ginecólogas para todo el hospital, que incluye paritorio, quirófano y las urgencias. En la sala de espera hay mujeres que llevan de 3 a 5 horas esperando, 2 de ellas con contracciones. A una de ellas la tuvieron que mandar a otro hospital porque no tenían capacidad para atender a las 2 a la vez. A las 21:30 se cayó el sistema y todo se ralentizó más y a mí no me pudieron ver hasta las 23h. Daba pena las condiciones en las que tuvieron que trabajar las sanitarias y los episodios que vi entre las pacientes.”

Continúa con una interesante reflexión: “Todo ello en el mismo hospital que, a día de hoy, está invirtiendo más de 200 millones de euros (252 millones, para ser exactos) en unas obras para hacer otro edificio en el 12 de Octubre. Y me parece bien que se invierta en los hospitales públicos, pero me genera la duda de si en los edificios que ya hay, falta personal y material, cómo va a funcionar ese nuevo edificio. Quizá lo haga las primeras semanas para la foto, pero me temo que luego quedará un edificio muy bonito y muy vacío mientras se regala instrumental a la privada, sanitari@s están sin trabajar y l@s pacientes son pésimamente atendid@s. 

Simplemente creo que les es más beneficioso construir grandes obras faraónicas que garantizar que se cubran las necesidades de la población, y que así nos vayamos todos a hacernos seguros médicos privados.”.

No añadiremos mucho más, salvo una idea final. El 13 de noviembre fuimos testigos, con la seguridad que da cientos de miles de trabajadores y trabajadoras movilizadas en las calles, de que la clase obrera no se resigna y que su espíritu de pelea sigue latente. De la misma forma, tras ese gran estallido, se desprende la urgencia de la tarea de coordinar los diferentes movimientos y peleas que se dan en cada centro de salud, residencia de ancian@s y hospital para golpear conjuntamente y más fuerte, con un calendario común para imponer en la calle, mediante huelgas y movilizaciones, una serie de medidas en defensa de la sanidad pública, gratuita y universal. Esta es la tarea más importante de las organizaciones que decimos defender los sistemas públicos.