J. VARGAS Y MAYTE SÁNCHEZ

El pasado 29 de junio tras un proceso asambleario y una campaña construida desde abajo y con el impulso iniciado en otras ciudades del estado español, miles de personas salieron a las calles en Málaga y Cádiz con el lema “Málaga/Cádiz para vivir, no para sobrevivir” marcando un hito en la historia de las movilizaciones de ambas ciudades. Hablamos con Mayte y Vargas, dos militantes de IZAR que han estado presentes en el proceso de movilización en sus respectivas ciudades.

¿Cuáles son los problemas principales que genera el turismo masivo?

Mayte: Los cambios de modelo productivo y económico en una ciudad tienen que ver con las fluctuaciones del mercado internacional, pasar del sector primario: la industria, al terciario: servicios, conlleva cambios profundos que tienen consecuencias para el conjunto de la población. Esto supone que son capitales e inversores internacionales quienes deciden en la práctica sobre la vida de la gente, que apenas tienen margen para situarse en un contexto impuesto desde arriba.

Cádiz sufre desde hace tiempo un desmantelamiento planificado de todo el tejido industrial, no sólo en Cádiz ciudad, sino en toda la provincia, se han sucedido privatizaciones, deslocalizaciones y cierres tanto en el sector naval como aeronáutico desde hace ya muchos años. Y los trabajadores son obligados a emigrar o abocados a buscar alternativas en el sector servicios, un sector tremendamente precario. Me refiero a trabajos en la hostelería, la limpieza, la ayuda a la dependencia…los dos últimos, por cierto, con un porcentaje mucho mayor de mujeres, puesto que estamos lejos de tener igualdad de condiciones en cuanto a acceso al trabajo digno.

Por tanto, para ciudades como Cádiz y Málaga, las consecuencias van mucho más allá de las que podemos observar a simple vista. La precarización de la clase trabajadora de la zona, se une además a los intereses especulativos, esta vez de los capitales del sector inmobiliario. Las zonas de interés turístico han hecho de la vivienda una forma más de enriquecerse, los precios han subido de manera desorbitada y prácticamente han desaparecido los alquileres de larga duración. Por tanto, vivir en estas ciudades se convierte en una misión casi imposible para los y las trabajadoras.

Vargas: Tan solo quisiera añadir algunos datos para ilustrar lo que comenta la compañera: En el estado español, el porcentaje de personas que viven de alquiler ha aumentado un 20% en los últimos 10 años, el precio del alquiler ha subido de media un 77%, mientras que la renta disponible de los hogares se ha incrementado tan solo un 33%. En Málaga en concreto El 94% de los alquileres superan el máximo recomendado para familias de ingresos medios, es la 1º en Andalucía y la 3º en España con alquileres más caros ymás del 50% está destinado al uso turístico.

A esto hay que añadir el drama social que supone la indefensión frente a la especulación, en el primer trimestre de 2024 se ha ejecutado solo en Málaga299 desahucios lo que supone una media de 3,3 desahucios al día. En el estado español entre 2008 y 2022 tuvieron lugar más de 1 millón de desahucios, la mayoría de ellos por impago de alquiler, de los cuales más de 38.200 se dieron en 2022 y más de 6.500 solo el primer trimestre de 2023

¿Cómo lo percibe el/la trabajadora?

Vargas: Casi que podríamos asegurar sin mucho miedo a equivocarnos que, para cualquier familia, en la que su fuente de ingresos, provenga del trabajo asalariado, viven muy de cerca el problema de la vivienda. Si no es de una manera directa, es a través de alguien muy cercano, ya sean hijos, familiares o amigos. Esto significa que el problema es trasversal en amplios sectores de trabajadores y trabajadoras, que viven una triple situación de malestar: Un acceso prohibitivo a cualquier tipo de vivienda, unos sueldos precarios e insuficientes y una marginación dentro de sus propios barrios de los que se ven expulsados y ninguneados.

Mayte: Para cualquier trabajador del sector servicios, encontrar vivienda en Cádiz es imposible si no tienes un piso heredado o alquiler de renta antigua. Si vives en un barrio de Cádiz centro, lo más probable es que empieces a ver apartamentos turísticos que surgen en cada esquina desplazando a antiguos residentes. Los pequeños comercios de la zona o cierran o se transforman para abrir el negocio a los visitantes y no para cubrir necesidades cotidianas del barrio, se pierden por tanto las tiendas y comercios de cercanía. Las personas del barrio dejan de conocerse y tener sitios de encuentro, hay un desarraigo cultural que también se desprende de esta inercia y se hace evidente.

¿Qué formas de resistencia están surgiendo?

Mayte: En los diferentes sectores llevamos años de luchas contra el desmantelamiento del sector industrial, resistencias, de momento algo más aisladas en el sector servicios por las condiciones de precariedad, y actualmente en la ciudad de Cádiz, con reflejo en otros municipios de la provincia, hay un movimiento fuerte contra la turistificación que abarca también temas centrales como el de la vivienda. El movimiento llamado Cádiz Resiste tuvo una gran movilización que sacó a miles de personas a la calle hace menos de dos meses y está dando un altavoz e impulsando tejidos de resistencia a los desahucios en la ciudad.

Vargas: En Málaga merece la pena detenerse en el propio proceso de construcción de la movilización del 29 de junio; Partiendo de la iniciativa planteada por el sindicato de inquilinos, la campaña ha sido todo un ejemplo de autoorganización desde abajo y practica militante: Pegadas de carteles en todos los barrios de la ciudad, reparto de octavillas, pancartas en puentes, asambleas con los vecinos y vecinas, toma de decisiones colectivas…El propio proceso no solo ha servido para que la manifestación sea todo un éxito en la ciudad (Una de las movilizaciones mas grandes de los últimos 10 años), sino que ha sido un cursillo acelerado de militancia para muchas personas que se acercaban por primera vez a la política.

¿Qué potencialidades y peligros?

Mayte:Las potencialidades son evidentes. Es un movimiento con capacidad aglutinante donde convergen diferentes perfiles y donde se puede dar cabida a luchas diversas con objetivos comunes. Las potencialidades de desborde están relacionadas también con los objetivos que se vayan marcando, si la orientación es demasiado institucional, corre el riesgo de limitar su propio campo de actuación y supeditar sus logros a los que cualquier institución u organismo público decida. Su capacidad transformadora tiene que ver con su permeabilidad con los conflictos reales de los y las trabajadoras y está íntimamente relacionada con su salud democrática interna y con la capacidad de conectar con las luchas de la ciudad para relacionarlas e impulsarlas.

¿Cuáles son las perspectivas a futuro del movimiento surgido por la vivienda?

Vargas: El camino que queda por hacer es largo…Conseguir coordinar el movimiento a nivel estatal, seguir profundizando en los debates, coordinar las luchas que se han acercado con otras que se están dando en la ciudad, pueden ser alguna de las tareas inmediatas. Pero para mi entender, el triunfo o fracaso del movimiento va a depender de la capacidad que tengamos para enlazar la cuestión de la vivienda con otras cuestiones que están estrechamente relacionadas: La cuestión de los salarios, la precariedad laboral, la destrucción climática, la lucha por el territorio…etc. Son algunas de ellas, en definitiva, si el movimiento en capaz de superar el discurso de la turistificacion y la vivienda apuntando al capitalismo como el germen donde radica el problema central de los trabajadores y trabajadoras y situando la lucha de los mismos en el centro, estaremos caminando en el camino correcto.