Traducción de un artículo de Elliot Mathieu, del NPA-Revolucionarios del 22 de julio de 2024
Los y las estudiantes de diferentes ciudades de Bangladesh se manifiestan en contra del sistema de cuotas para acceder a la función pública y se enfrentan a la represión violenta de la policía
Desde principio de julio, manifestaciones y bloqueos tienen lugar en varias ciudades de Bangladesh. Los y las estudiantes originarios de este movimiento protestan en contra del sistema de cuotas en relación con los empleos de los funcionarios. Este sistema reserva un 30% de los puestos a los hijos y a los nietos de aquellos que lucharon por la independencia de Bangladesh en 1971. De hecho, este sistema favorece a los apoyos y a los miembros del partido que está en el poder al reservarles cerca de un tercio de los puestos de la función pública. En 2018, movimientos estudiantiles lograron ya que el gobierno redujera este sistema, pero una decisión de la justicia ordenó que se volviera a poner en marcha.
Tras esa decisión, la movilización empezó en la universidad de Dacca y se expandió con velocidad al resto del país, como por ejemplo a las universidades de Jahangirnagar o de Begum Rokeya de Rangpur. Los grupos de universitarios fueron apoyados por numerosos estudiantes de secundaria así como por varios sindicatos, entre los cuales se encuentra el de médicos y algunos del sector del textil. El movimiento se ha seguido intensificando al calificar, la Primera ministra Hasina, los manifestantes de « Razakars », un término peyorativo para designar a los que se opusieron a la independencia de Bangladesh. La reivindicación estudiantil es clara: el abandono del sistema injusto de cuotas que favorece a los apoyos de la liga Awami, partido del poder, así como la puesta en marcha de un sistema basado en el mérito.
La respuesta del gobierno ha sido la represión violenta, con la utilización de gases lacrimógenos y golpeando a los estudiantes con porras y palos. Pero la policía no es la única a haber sido mandada para contrarrestar a los jóvenes bangladeshí, ya que miembros de la liga Chhatra, organización de la juventud del partido en el poder, han atacado a estudiantes, armados con palos de hockey, machetes y armas de fuego. Más de 600 heridos y unos cincuenta muertos han sido contabilizados, siendo la policía responsable de más de dos tercios de esos muertos. El gobierno ha cortado internet, cerrado el conjunto de los establecimientos educativos y desplegado el ejército para tratar de controlar las manifestaciones.
Esas manifestaciones subrayan la crisis del acceso al empleo para la juventud de Bangladesh, los cuales esperan que los sindicatos y los trabajadores, principalmente del textil, participen de manera más activa a esta movilización. La represión que padecen los estudiantes es la demostración de que el capitalismo aplasta toda tentativa de protesta contra este sistema que reprime mediante la violencia a aquellos/as que aspiran a otra cosa que unas condiciones indignan y unos salarios de miseria.