El pasado 29 de junio más de 25.000 personas salieron a la calle en Málaga con el lema “Málaga para vivir, no para sobrevivir” marcando un hito en la historia de las movilizaciones de la ciudad al ser una de las manifestaciones más multitudinarias de los últimos 10 años. Esta movilización se enmarca dentro de un movimiento que ha ido creciendo en diferentes lugares del estado, donde se cuestiona el modelo capitalista de las ciudades, los salarios de miseria, el turismo depredador o la mercantilización de la vivienda. El pistoletazo de salida fue en Tenerife, el 20 de abril, donde una histórica manifestación de más de 80.000 personas tomó las calles con el lema “Canarias tiene un límite”; Baleares, Madrid, Barcelona o Cádiz han sido otras ciudades donde se han convocado diferentes movilizaciones multitudinarias.
El éxito de las manifestaciones tienen su punto común en la cuestión de la vivienda, ya que la subida desorbitada del precio de los alquileres, el rentismo y la precariedad laboral, son problemas que atraviesan a los diferentes sectores de las clases trabajadoras y la juventud, que de un forma directa o indirecta nos vemos expulsados de nuestros barrios, sin posibilidad de encontrar alquileres dignos o con el miedo a una subida inasumible con los bajos salarios.
En Málaga los datos hablan por si solos, es la provincia con los alquileres más caros de Andalucía y la tercera del estado, el 94% de los alquileres superan el máximo recomendado para familias de ingresos medios, alquileres que han subido un 120% en los últimos 10 años y de los cuales el 50% esta dedicado al uso turístico. Lo que se suma a que sólo en Málaga se han producido una media de 3,3 desahucios al día en los últimos tres meses.
Pero no sólo la cuestion trasversal de la vivienda ha marcado el éxito de las manifestaciones, sino que este se corresponde en gran medida con el proceso de construcción del mismo. En Málaga hay una serie de claves que son importantes señalar de cara al futuro y que marcan el camino a seguir para el movimiento que viene.
Un proceso de autoorganización construido desde abajo.
El Sindicato de inquilinos de Málaga fue quien lanzó originariamente la convocatoria del 29J, sin embargo no se limitó a dar una fecha concreta y convocar a la manifestación, sino que hubo una intención desde el principio de abrir el proceso de construcción del 29j más allá de los límites del propio espacio. Esa “intención” o estrategia ha sido realmente la clave del éxito de la manifestación en Málaga, ya que abrió paso a la construcción de un proceso desde abajo donde la autoorganización y la práctica militante han jugado un papel fundamental para el éxito de la misma. Las asambleas de barrio, las pegadas organizadas por toda Málaga y una campaña de calle, han acercado a mucha gente nueva y militantes de diferentes organizaciones y los ha puesto a trabajar juntos, consiguiendo hacer entender el 29j como algo colectivo donde la gente se sentía parte fundamental del proceso y del éxito de la convocatoria.
Situar las luchas en el centro para ir más allá de la cuestión de la vivienda.
Otra de las claves del proceso malagueño, ha sido la de situar en el centro a las diferentes luchas que se estaban dando en torno al derecho a la vivienda en la ciudad ademas de agregar otros sectores en lucha e involucrar en el propio proceso a l@s protagonistas de las mismas. Desde esa perspectiva de construir desde las luchas, se tejen lazos de solidaridad entre diferentes sectores, se refuerzan la propias reivindicaciones y se pone en práctica la necesidad de colectivizar tu lucha para poder ganar. El verse reflejado en el otro, compartir inquietudes, problemáticas y espacios de lucha, hace dar saltos de conciencia y entender fácilmente que es la cuestión de clase y no tu propia individualidad lo que marca tu situación de vida, lo que implica que la salida del problema debe ser colectiva y no individual. Cuando situamos a la clase obrera con sus luchas en el centro, es imposible que se pueda hablar de vivienda sin hablar de salarios, sin hablar de condiciones de explotación, sin hablar de vulneración de los derechos o sin hablar de un futuro incierto, en definitiva lo que se pone en disputa son los intereses de nuestro bando social frente a los de los capitalistas.
Un nuevo ciclo de luchas en marcha.
Por todo ello pensamos que el 29J en Málaga y los diferentes movimientos en otras ciudades inauguran un nuevo ciclo de luchas que parten de una realidad material que afecta a grandes sectores de la clase trabajadora y la juventud. Que el propio proceso de construcción de esas movilizaciones se enfrentan de forma directa a las estructuras burocráticas y reformistas que han intentado subirse al carro demasiado tarde y con la intención de copar el movimiento sin éxito. Marcando por tanto un camino muy claro en torno a la importancia de las luchas y la construcción desde abajo como motor para el nuevo ciclo. De la capacidad que tenga el movimiento de integrar a nuevos sectores, de popularizar un discurso que vaya más allá de la cuestión de la vivienda y el turismo y de seguir situando las reivindicaciones de las luchas y la necesidad de coordinarse entre ellas frente a los capitalistas para lograr ganar; el movimiento tendrá más o menos fuerza y posibilidad de continuidad, sin embargo ya sólo el echo del proceso ha sido un gran ejemplo de como se construye una movilización con posibilidades de reforzar luchas en el futuro.