Ya a mediados de julio de este año, elEconomista.es [1] ponía el grito en el cielo porque antes de las elecciones el co-gobierno estableció por Real Decreto una ley que obliga a las empresas que vayan a cerrar uno o varios centros de trabajo y que esto conlleve el despido de más de 50 trabajadores/as, a notificarlo con una antelación mínima de seis meses. No obstante, la misma noticia hablaba de dificultar los ERE, no de impedirlos y reconocía sin quererlo las puertas abiertas que, una vez más, dejó el gobierno de Sánchez y Díaz a los empresarios como el hecho de que en el caso de que no sea posible observar esa antelación mínima, deberá realizarse la notificación «tan pronto como o fuese», de igual manera que la ley es poco clara para dejar rendijas a los capitalistas sobre las consecuencias del incumplimiento del plazo o que se considera un cese de actividad.
Los capitalistas enseñan sus cartas
De hecho, entre agosto y septiembre se han venido sucediendo las noticias de ERE en el Estado español: en Siemens Gamesa se extenderá un ERE hasta diciembre de 2024 con 231 personas despedidas, 135 trabajadores/as despedidos/as en un ERE en Bayer, 400 en un ERE en ICCS (Málaga), mas de 100 en un ERE en Pescanova, un ERE que afectará al 30% de la plantilla, 275 trabajadores/as en SOLAPROFIT, 210 trabajadores/as despedidos/as en el ERE de Teleperformance o en ROCA, con un ERE que afectará a 186 trabajadores/as (el 24% de la plantilla).
Otro diario marcadamente neoliberal como El Confidencial [2], afirma que sin ningún tipo de tapujos que la estrategia de los empresarios en la industria será de despidos masivos y que en otros sectores atacarán las condiciones salariales de los y las trabajadoras. Hemos visto que varios de los ERE que hemos nombrado pertenecen al sector industrial, algo que parece que varios bufetes de abogados que trabajan para empresas afirman, como el caso de Alfredo Aspra, socio fundador de Labormatters, que “en los últimos meses, venimos observando un incremento de consultas sobre procesos de reestructuración y hemos iniciado ya algunos.” Martín Godino, que lleva el ERE de Pescanova adelanta que será en la industria donde “están viendo más movimiento”. Y como venimos comentando, los empresarios piensan atacar los salarios de los y las trabajadoras tal y como avanza Ignacio del Fraile, de Gómez-Acebo & Pombo, diciendo que “aunque las grandes restructuraciones están focalizadas en industria, estamos viendo otro tipo de ajustes en otros sectores, como recortes de salarios, eliminación del bonus, despidos individuales… Medidas pensadas para optimizar recursos.”
De esta manera, cuando estamos en la mayor caída de poder adquisitivo de la clase trabajadora en décadas, con un aumento de la pobreza en 2 millones de personas y 11 millones en riesgo de exclusión social, los capitalistas pretenden condenar a la miseria a más y más familias trabajadoras mientras sus beneficios no dejan de aumentar.
La respuesta de los y las trabajadoras aumentan… pero las direcciones sindicales las frenan
Evidentemente, la inflación, la pérdida de poder adquisitivo, junto las condiciones de precariedad o abusos laborales en muchas empresas han tenido la respuesta de los y las trabajadoras. Los datos señalan que en 2022 tuvimos un total de 629, un incremento del 15,4% respecto al año anterior. Igual ha pasado en el número y los trabajadores y trabajadoras implicados y sobre todo, en el de jornadas perdidas. Si en 2021 se implicaron 165.751, en el 2022 han sido 186.664. Y en cuanto a las horas, éstas han pasado de 363.646 a 617.403 [3]. La clase obrera está dispuesta a luchar.
De hecho, ya está habiendo respuestas por parte de los y las trabajadoras afectadas por algunos de los ERE que hemos nombrado como ICCS y Teleperformance con concentraciones y huelga. Sin embargo, el papel desmovilizador de las burocracias sindicales, que tienden a subordinar a la negociación cualquier actividad sindical, que es la base del acuerdo para el empleo y la negociación colectiva o AENC de mayo de 2023. Que no favorecen la autoorganización de las y los trabajadores, su autonomía y por tanto acciones más contundentes como las huelgas supone un freno que además es mayor por la suma de las derrotas, las peleas que no dieron y los discursos de gestión de estas direcciones burocráticas. Esto está pasando en algunos ERE como el de Pescanova, donde todo se está resolviendo por la vía de la negociación.
La responsabilidad de las organizaciones anticapitalistas y revolucionarias
Este aumento de la conflictividad y estas huelgas es desconocido para la mayoría, ya que no tienen margen en el discurso mediático. Muchas veces son luchas aisladas, que solamente se dan a conocer en un ámbito cercano. Aún con todo esto, que esté aumentando las huelgas demuestra que las contradicciones entre los y las trabajadoras y los empresarios son cada vez mayores, por lo que hay una puerta abierta para ahondar en estas contradicciones y plantar cara a los empresarios en mejores condiciones. Una puerta abierta que los y las revolucionarias deben utilizar.
Sin embargo, a pesar de que muchas organizaciones comparten este análisis, a día de hoy ninguna propone a las demás como afrontar estas tareas. Desde IZAR, pensamos que es necesario que estas organizaciones nos reunamos y debatamos sobre la situación política pero también sobre como intervenir conjuntamente en puntos comunes que compartamos. Frente a los ataques que ya nos hacen y tienen pensado seguir haciendo los empresarios, pensamos que es factible responder de manera unitaria en la construcción de cajas de resistencia, dar a conocer las luchas que existen, coordinar huelgas, plantear incluso fechas de movilización conjunta y todo aquello que pueda ayudar a que las luchas ganen.
[2] https://www.elconfidencial.com/juridico/2023-09-11/empresas-ere-reajustes-laborales-otono_3731602/
[3] Datos extraídos del artículo “El número de huelgas aumenta: ¿Vamos hacia un período de mayor conflictividad laboral?” de la Revista IZAR abril 2023, n.º 109