ESTE 1º DE MAYO POR LA MOVILIZACIÓN CONTRA EL CAPITALISMO Y SUS CONSECUENCIAS: CARESTÍA, GUERRAS. INFLACIÓN Y BAJOS SALARIOS

Este 1º de mayo debe ser más que nunca un día de lucha, un día para movilizarnos en las calles. Porque posiblemente será difícil ver con más claridad que en 2022 que el sistema capitalista nos condena a la miseria, el sufrimiento y la barbarie.

A los 2 años que llevamos de pandemia, con todas las consecuencias que ha tenido para la clase trabajadora en materia de salud, derechos perdidos y en aumento brutal de la precariedad laboral y económica; con un cambio climático que cada vez se manifiesta de forma más extrema; la proliferación de guerras por todo el mundo, con un aumento de la tensión entre imperialismos como se está viendo en Ucrania; a toda esta situación, hemos de sumarle un aumento del coste de la energía sin precedentes y una inflación que sigue ahogando a la clase obrera de todo el mundo al no subir los salarios.

Concretando en el Estado español, la pérdida del poder adquisitivo de la clase trabajadora sigue como tendencia. La situación en la que nos encontramos es desoladora, la luz no ha hecho otra cosa que subir, pulverizando día tras día el precio máximo histórico. Una subida que hemos pagado primero en los recibos y luego en la compra, con el aumento de los precios de los productos (incluidos los más básicos), para asegurar los beneficios multimillonarios de las empresas energéticas pero también para asumir el aumento de coste de las empresas de otros sectores. Precios que siguen subiendo por la carestía que ha habido de productos de primera necesidad, mientras los salarios no suben al mismo nivel, la precariedad en los trabajos sigue siendo la norma y las medidas del “gobierno más progresista de la historia” son insuficientes para los intereses de nuestra clase cuando no descaradamente favorables para los empresarios y banqueros.

Una “derogación” de la reforma laboral de Rajoy alabada por la patronal por su mesura y por “garantizar la paz social”, un Ingreso Mínimo Vital que no llega a las familias, y una supuesta prohibición de los despidos que abre la puerta de par en par a una nueva oleada de ERTEs (parece como si pensaran que ya no nos acordamos de lo que supuso eso en el inicio de la pandemia), frente a los miles de millones de dinero público para sostener a los empresarios una vez más. En resumen, varias muestras más de que el gobierno de PSOE-UP no va a enfrentarse a los intereses de los que más tienen para defender las necesidades de la gran mayoría de la sociedad, todo lo demás son cuentos.

El camino no lo marca la vía institucional, sino los esfuerzos y la resistencia de amplios sectores que se han movilizado y de los que recogen el testigo. La huelga de los y las trabajadoras del metal en Cádiz por conseguir entre otras cosas un aumento salarial, debe extenderse entre los y las asalariadas. Otras luchas como Tubacex, Zumosol, Decathlon, las Kellys etc. nos demuestran que es insostenible aspirar a una vida digna sin luchar por derribar las condiciones laborales actuales y que la movilización sigue siendo el mejor antídoto para hacer frente a una patronal  que no dudará en usar la represión para asegurar sus beneficios como se puede ver tanto en los casos de la huelga del metal de Cádiz o de Tubacex..

Todo esto, pese al silencio cómplice de las direcciones de los sindicatos mayoritarios frente a todo lo que suponga poner en tela de juicio esa paz social que defienden con más ímpetu que la propia patronal y, por que no decirlo, pese a la falta de iniciativa a nivel estatal durante este periodo de las direcciones de los sindicatos alternativos que no ofrecen perspectivas para el conjunto de la clase trabajadora.

Desde Izquierda Anticapitalista Revolucionaria  IZAR lo planteamos claramente, para frenar la carestía, para establecer unos precios de la luz y el gas justos, para acabar con las guerras y el sufrimiento y para salvar el planeta hay que expropiar a los que acaparan las riquezas  Esa tarea sólo puede llevarla a cabo la movilización de nuestro bando social y éste debe hacerlo con sus propias herramientas históricas: la huelga y la movilización para imponer un programa de urgencia social, que genere empleos estables y de calidad, con un aumento de salarios equiparables al aumento del coste de la vida y unas pensiones dignas para los y las trabajadoras que ya no están en activo. Que ponga encima de la mesa el control de los sectores energéticos y demás estratégicos para acabar con esta vorágine de aumento de precios y para que la economía esté al servicio de nuestras necesidades y no para hacer más ricos a los que ya lo son. Para ello, apostamos por la construcción de un frente social que reagrupe a todos y todas las organizaciones, sectores sindicales, colectivos sociales y activistas que se enfrentan mediante la movilización y la huelga a los intereses de los capitalistas y que impulse una movilización sostenida en el tiempo con las reivindicaciones de nuestra clase. Que este 1º de mayo se oiga alto y claro que o con la patronal o con la clase obrera.