APOYEMOS LA CAMPAÑA SINDICAL DE LAS CAMARERAS DE PISO DE GRANADA

Trabajar con dolor o vivir en la miseria económica

Cuando María del Mar Jiménez, representante de Unión Kellys, comentó las enfermedades que padecía como consecuencia de su trabajo, exponía también una realidad: que el trabajo de las camareras de piso castiga tanto la salud que, según datos de la asociación, solo el 5% aguanta hasta los 67 y puede jubilarse con el 100%.

Pero no es el único sector en el que los y las trabajadoras acaban machacadas. En este artículo recogemos varios testimonios de trabajadores/as de otros sectores que sufren la misma situación.

Miguel, cajero reponedor en Lidl, explica: “Nuestra jornada empieza a las 6:30, a mí me toca [colocar] la fruta. Solemos recibir entre 4 y 6 palets diarios, con un peso medio de 400-500 kg cada uno, aunque los hay que llegan a los 600-700 kg. A esto sumamos que debemos mover la mercancía vieja para poner la nueva debajo. Y además nos aprietan para dejarlo todo colocado y recogido antes de abrir al público. Y lo hago solo, porque mis compañeros/as también tienen los suyo con el pan, la carne o la nevera. Y luego hay que seguir colocando las bebidas, bollería, droguería, conservas, etc. aumentando en varios cientos de kilos la mercancía que repongo”. Miguel ahora tiene en torno a los 40 años, comenta que “ya siento un dolor en la espalda y las rodillas a diario, otras compañeras, que se ponen más en caja, no pueden dormir bien por las noches porque les duelen las manos” y que “no pienso en como estaré a los 67, porque no sé como aguantaré más allá de los 50 y pico años.”

Rocío, de 50 años, presta servicio en un comedor escolar y limpia el centro por la tarde: “Tengo que coger los dos trabajos porque no podría pagar mi hipoteca. Mis 5 compañeras y yo por la mañana servimos bandejas, cubiertos y vasos para los 1.700 niños/as del cole y los/as profesores/as, los recogemos y limpiamos para los siguientes turnos, que se repiten sin parar hasta que haya pasado todo el mundo. En el office, entre la humedad y el calor al fregar los cacharros, la temperatura es bastante alta. El otro día me desmayé. Tengo media hora para comer aunque luego lo recupero como monitora. Por las tardes limpiamos el centro, a mí me tocan 6 clases, los pasillos y baños conjuntos y el gimnasio. Llego tan cansada a casa que solo quiero dormir y no tengo fuerzas ni para cenar; tengos los pies con fascitis plantar y juanetes y los brazos no me dejan dormir bien por el dolor.”

Cristian, jornalero como sus padres, nos habla de ellos: “Mi padre tiene 61 años y sigue pegándole palos a los olivos [avareando], como solo con eso no le cubre el año, también hace jornales para talar [podar los olivos] después. Creo que lleva con dolores crónicos en el hombro casi 20 años, pero mientras no le den los números de la pensión no puede dejarlo. Mi madre está peor, ha trabajado sin parar desde los 14 años en fábricas, clínicas, tiendas y en el campo pero tiene muy poco cotizado y tras 44 años seguramente le den la pensión más baja cuando se jubile.”

Precisamente en este tipo de trabajos, más manuales y que requieren menos formación académica, en los que los y las trabajadoras deben elegir más asiduamente entre una actividad laboral que los/as machaca o una prejubilación sin el total de la pensión, que les condene a una situación económica muy precaria.

¿Quiénes sí se pueden prejubilar?

Todo ello mientras el Gobierno sigue aumentando la edad de jubilación y aprueba que sea compatible que los/as ancianos/as sigan currando para “complementar” sus penosas pensiones. La lógica de los empresarios y de los gobiernos a su servicio es que los y las trabajadoras curren hasta los 70 años y los que haga falta, que así la Seguridad Social podrá soportar el pago de las pensiones. Una hucha que sí da para prejubilar sin penalización a los 55 años a los que reprimen, como los policías (locales, Ertzaintza, Mossos…) o para la tauromaquia; lo que no puede ser para albañiles, camareras de piso, jornaleros/as, cajeros/as, conductores/as y un largo etcétera de trabajadores/as que hacen funcionar la sociedad y generan todas las riquezas, es perfectamente posible para los que reprimen, para los toreros (matadores de toros, rejoneadores, novilleros, banderilleros, picadores y toreros cómicos) y, por supuesto, para los directivos de empresas y bancos, quien son los que usurpan esas riquezas que generan la clase trabajadora. Público desveló el año pasado que doce banqueros acumulaban para su retiro tanto dinero como para pagar más de 5.700 pensiones anuales.[1]

Las camareras de piso de Granada marcan el camino

Por supuesto, hay dinero más que suficiente como para asegurar que las camareras de piso y otros sectores se puedan prejubilar con el 100%, como lo demuestra que el gasto militar sigue aumentándose también bajo este gobierno. Los y las trabajadoras no tenemos ningún interés en que aumenten las inversiones militares para sostener políticas imperialistas, mientras se nos condena a trabajar con dolor o a malvivir con una raquítica pensión. Y si aun con esto, siguen faltando fondos, que se financie la Seguridad Social con impuestos a la patronal, la banca y las grandes fortunas. El Ibex 35 cerró 2024 con un récord de beneficios de 62.932 millones de euros, un 23,6% más que en el 2023, mientras las pensiones se revalorizaban solo un 3,8%.

Pero ni PSOE ni SUMAR están dispuestos a dar ese paso, no se enfrentarán a los que detentan las riquezas. Ninguna confianza en que las instituciones den una solución favorable para los intereses de los y las trabajadoras. Para lograr lo que es nuestro, solo podemos seguir el camino de la organización y de la lucha. Las camareras de piso en Granada, que en poco tiempo suman ya muchos episodios enfrentándose a la patronal en Hoteles Real de la Alhambra, Cóndor, Five Senses, Room Mate, Urban Dream o Barceló Congress demostrando que es posible imponer sus derechos, han decidido iniciar una campaña sindical contra las cargas y ritmos de trabajo abusivos, por la aplicación del convenio de hostelería y para reivindicar la jubilación anticipada sin penalización con un calendario que se compone de varias concentraciones, como las del 18 de marzo a las 19h30 frente a la subdelegación de gobierno o el 10 de abril a las 18h frente a la sede de la patronal de la hostelería granadina, que desembocará en una manifestación el próximo día 31 de mayo a las 19h desde la Fuente de las Batallas.

Desde IZAR apoyamos esta campaña, aplaudimos los llamamientos unitarios del sindicato CSTA para unificar las fuerzas de las trabajadoras frente a nuestro enemigo común. ¡El 31 de mayo, todos/as a Granada para luchar junto a las camareras de piso por las jubilaciones anticipadas sin penalización, para luchar contra la precariedad laboral!

[1]. https://www.publico.es/economia/doce-banqueros-acumulan-retiro-dinero-suficiente-pagar-5-000-pensiones-anuales-jubilacion.html