EL GENOCIDA ISRAEL EXTIENDE SU GUERRA AL LÍBANO CON LA COMPLICIDAD DE LAS GRANDES POTENCIAS

Después de Gaza y Cisjordania, Netanyahu extiende su guerra al Líbano. Los bombardeos masivos en el sur del país vecino, en las afueras de Beirut y la llanura de la Bekaa por parte del ejército israelí ya han dejado más de 1500 muert@s y miles de herid@s desde que comenzaron el sábado 21 de septiembre. Tras nuevos bombardeos en la capital libanesa, el gobierno israelí anunció la muerte de Hassan Nasrallah, líder de Hezbollah.

Un año de genocidio de civiles

La masacre de civiles y soldados israelíes el 7 de octubre de 2023 por Hamás dio al gobierno ultraderechista israelí la justificación que esperaba para lanzar al país a un genocidio. La operación para aniquilar la Franja de Gaza ha dejado más de 41.000 muert@s, más de 10.000 desaparecid@s bajo los escombros y casi 100.000 herid@s. Casi toda la infraestructura sanitaria, incluso las escuelas, ha quedado pulverizada. L@s supervivientes se enfrentan al hambre, la falta de agua potable y las epidemias. En Cisjordania, los colonos y el ejército han matado a casi 700 personas y están sembrando el terror entre l@s palestin@s.

Y ahora es un país vecino, el Líbano, el que se ve golpeado y amenazado con una invasión terrestre por parte del ejército israelí desde esta semana. Decenas de miles de refugiad@s huyen del sur del Líbano y de los barrios de Beirut. Para el Estado de Israel, el estruendo de los bombardeos sobre el Líbano también tiene la ventaja de desviar la atención del genocidio que continúa en Gaza.

El ejército israelí atacó un edificio en Beirut que albergaba una oficina de Hamás, matando a varias personas. En abril, el consulado iraní en Damasco fue atacado y luego de nuevo en Beirut, en julio, el asesinato del líder militar de Hezbolá y en Irán, en el propio Teherán, de un líder político de Hamás. A pesar de los atronadores discursos del líder de Hezbollah asesinado, Hassan Nasrallah, y del líder supremo iraní, el ayatolá Jomeini, la respuesta a estos ataques fue muy limitada por parte de Hezbollah y puramente simbólica por Irán.

El inicio de la guerra en el Líbano estuvo precedido en septiembre por varios bombardeos al sur del Líbano contra instalaciones militares de Hezbollah, destruyendo viviendas circundantes. Días antes los servicios secretos israelíes organizaron las explosiones de los dispositivos electrónicos de las milicias para comunicarse, dejando un saldo de 40 muert@s y más de 3.000 herid@s. La justificación fue proteger a la población israelí de los misiles de Hezbolá, pero el propio Netanyahu hizo todo lo posible para provocar las reacciones de Hezbollah, todavía muy limitadas.

Las lágrimas de cocodrilo de las grandes potencias

Ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, Netanyahu vino el pasado fin de semana a hacer un show, seguro de poder contar con el apoyo inquebrantable de EEUU, pero también de Francia, Alemania y el Reino Unido. Presentó la guerra contra el Líbano como una cuestión de supervivencia para Israel, ante el peligro de Hezbollah, milicia chiita apoyada por Irán. Pero Hezbollah e Irán optaron por reacciones limitadas tras los ataques selectivos de Israel en los meses precedentes.

Frente al Estado israelí, armado y apoyado por los principales países imperialistas, ocupando el 5º puesto el E.Español en esa miserable primera línea de cómplices por venta de armas del genocida Netanyahu, y apoyado por la presencia de portaaviones estadounidenses y franceses, Irán y Hezbollah no buscaban la guerra ni el riesgo de una conflagración en toda la región.

No podemos más que subrayar la hipocresía de las grandes potencias que están preocupadas por esta nueva escalada que amenaza con desestabilizar la región que es importante para ellos en cuanto que es rica en petróleo. “Ningún país tiene por qué salir beneficiado de una nueva escalada en Oriente Medio”, declaró la semana pasada el G7. Biden afirma trabajar por una desescalada en el Líbano y ha intentado predicar una falsa moderación a Netanyahu. Pero al mismo tiempo proporciona parte de la logística a su ejército y ha puesto sus buques de guerra para proteger a Israel de cualquier posible reacción, en particular por parte de Irán.

El gobierno del E.Español ha condenado la respuesta de Irán con ataques a las infraestructuras militares de Israel por los asesinatos de los líderes de Hamas y Hezbollah pero no ha variado ni un milímetro su discurso sobre el genocidio sobre la Franja de Gaza que cumple un año: a pocas horas de la invasión israelí del Líbano el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, afirmó que “debe detenerse” (en impersonal) y pidió un alto el fuego en Gaza para “evitar la escalada”. Sin nombrar a Israel, sin señalar al genocida, al que escucharon desde sus asientos.

Una vez más ¡No en nuestro nombre!

Los líderes del mundo capitalista, incluidos los de las asambleas de la ONU, llevan a cabo sus negocios con la piel del pueblo. No les importa que l@s palestin@s en Gaza estén siendo masacrados y que ahora el pueblo libanés esté siendo afectado por la guerra, siempre y cuando se garantice el mantenimiento de su orden imperialista. No hay nada que esperar de sus promesas de alto el fuego. En cuanto al pueblo israelí, también está pagando el precio de esta política, porque Netanyahu le está preparando una guerra sin fin.

La responsabilidad de esta escalada bélica no sólo recae en Netanyahu y su gobierno, que busca extender su guerra contra Hamas y Hezbollah a escala regional, sino que es también de todos los gobiernos occidentales que han seguido armando y permitiendo que Israel haga lo que le dé la gana dentro y fuera de sus fronteras durante décadas, brindándole apoyo político, económico e impunidad. En lo que respecta al gobierno Sánchez-Díaz, reconocer al estado palestino y pedir un alto el fuego es hipócrita y miserable si se mantienen relaciones con Israel y sus acuerdos de compraventa de armas.

L@s trabajador@s y la juventud aquí, tras la jornada de huelga del 27S, tenemos una nueva oportunidad de denunciar la actitud cómplice de nuestro gobierno, que podría en unos días anunciar la retirada de los 660 militares que tiene desplegad@s en el Líbano por los ataques de Israel con la misma munición que le ha vendido a Netanyahu. Ni la aniquilación de Gaza, ni la invasión el Líbano, nadie nos ha preguntado, como le dijimos a Yolanda Díaz sin obtener respuesta, si queremos financiar este genocidio.

Hagamos de las manifestaciones a nivel estatal este 5 y 6 de octubre la ocasión perfecta para decirle, una vez más y de forma masiva, al gobierno PSOE-Sumar que no en nuestro nombre, respondamos de forma masiva para hacer oír nuestra solidaridad con el pueblo palestino y nuestra oposición a la invasión del Líbano. Exigimos un alto al fuego inmediato, la retirada inmediata de los colonos de los territorios ocupados y la ruptura de todas las relaciones con el Estado sionista de Israel.