PARA CAMBIAR NUESTRAS VIDAS, CONFIEMOS SÓLO EN NUESTRAS PROPIAS FUERZAS

Una nueva reforma de las pensiones acordada en pleno verano con nocturnidad y alevosía

El pasado 31 de julio, el gobierno “más progresista de la historia” junto a la patronal y a las direcciones sindicales de CCOO y UGT, acordaban una reforma de las pensiones que aumenta, entre otras cosas, la edad de jubilación voluntaria a cambio de un incentivo posterior que incremente la futura pensión. Hay que recordar que el PSOE versión Zapatero, entonces sin SUMAR, fue el que ya acordó en 2011 también junto a la patronal y al tándem CCOO-UGT, una reforma de las pensiones que aumentaba la edad de jubilación de los 65 años a los 67 años.

En lugar de bajar la edad de jubilación y de incrementar las pensiones para que los y las trabajadoras puedan vivir mejor y para que la juventud pueda encontrar trabajo antes, el gobierno Sánchez-Díaz prefiere fomentar el retraso efectivo de la edad de jubilación.

Así pues, a las personas trabajadoras que superen la edad ordinaria de jubilación y decidan voluntariamente seguir trabajando, se les podrá sumar mensualmente a su futura pensión un 4% por cada año completo cotizado. Es la jubilación demorada. En cuanto a la jubilación activa pasa algo parecido. Para fomentar que se siga trabajando una vez llegada la edad ordinaria de jubilación, se prevé aumentar el porcentaje de la parte de la pensión los años que se compatibilice con el trabajo. Es la jubilación activa.

Otro elemento negativo que trae esta reforma es el cambio en materia de gestión de la incapacidad temporal (IT- bajas laborales). El acuerdo parte de la idea que la frecuencia y la duración de la IT comunes son demasiado elevadas. Para tratar de solucionarlo, en lugar de dotar de mayores medios al sistema nacional de salud financiándolo, prevé firmar convenios con las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social, o lo que es lo mismo, financiar dichas entidades privadas.

Un cambio en la Ley de Paridad que permite el despido de aquellos/as trabajadoras que hayan solicitado una adaptación de jornada para conciliar vida familiar y trabajo

Hasta ahora, los y las trabajadoras podían acogerse, en caso de despido, a la nulidad del mismo si éstos habían solicitado el permiso de cinco días por accidente o enfermedad grave, hospitalización o intervención quirúrgica de la pareja de hecho, parientes hasta segundo grado o convivientes y para aquellos/as que hubiesen pedido o estuviesen disfrutando de una adaptación de jornada, sin reducción de horas ni salario.

Un cambio introducido en la Ley de Paridad por el gobierno PSOE-SUMAR dejará sin efecto esa nulidad, facilitando el despido por parte del empresario en dichos supuestos.

Desde los ministerios de Igualdad y Trabajo han afirmado que “todo ha sido fruto de un error técnico” y que “habrá una subsanación tan pronto como sea posible”. Sin embargo, lo que no dicen es que dicha modificación ha empezado a aplicarse desde el pasado 22 de agosto. Desde entonces son muchos/as los/as trabajadoras que podrán ser despedidos/as por el simple hecho de solicitar una adaptación de jornada por conciliación.

Mientras tanto, este gobierno crea un empleo temporal y parcial, no da respuesta a la siniestralidad laboral y se olvida de la reducción de la jornada laboral

Según sus propios datos el empleo a fecha de marzo de 2024 es en un 80% un empleo temporal, parcial y de contratos fijos discontinuos. En cuanto a los salarios, estos siguen subiendo por debajo de la inflación en hasta un 4%.

Lo que sí sube, es la siniestralidad laboral. Según los datos publicados por el Ministerio del Trabajo el pasado 8 de agosto en relación con el primer semestre de 2024, los datos son escalofriantes. Con respecto al mismo periodo de 2023, la siniestralidad laboral ha aumentado en un 7%, alcanzando la cifra de 360 trabajadores/as muertes en el tajo entre enero y junio de 2024, es decir 60 muertes al mes y dos cada día.

En cuanto al anuncio hecho a bombo y platillo de la medida estrella de reducción de jornada laboral sin pérdida de salario, por ahora nada nuevo bajo al sol. Está claro que para cambiar nuestras vidas, para aumentar nuestros salarios y para conservar nuestros puestos de trabajo los y las trabajadoras vamos a tener que contar sobre nuestras propias fuerzas. Todas nuestras conquistas sociales fueron arrancadas históricamente mediante nuestras movilizaciones y nuestras huelgas. Esto no parece que vaya a cambiar ahora. Ninguna ilusión en los acuerdos que este gobierno alcance con la patronal y con las cúpulas de CCOO y UGT.

Para defender nuestras pensiones y nuestras condiciones laborales no hay otra salida. Hay que enfrentarse a los intereses de la patronal. Ninguna confianza en las instituciones. Para este inicio de curso la clase trabajadora y la juventud tendremos que organizarnos y movilizarnos si queremos defender nuestros intereses.