135 DÍAS DE HUELGA EN ACERINOX: DIFICULTADES Y APRENDIZAJES DE LA LUCHA DE LA CLASE TRABAJADORA

El pasado febrero, los trabajadores de Los Barrios (Cádiz) de la multinacional Acerinox, empresa dedicada a la fabricación de acero inoxidable, se pusieron en huelga indefinida. El motivo de la lucha fue debido a la negociación del IV Convenio Colectivo donde algunos de los puntos que se incluían era la disponibilidad por parte de los trabajadores, flexibilidad, un nuevo calendario laboral, prima de producción y revisión salarial.

La madrugada del 21 de junio se llevó a cabo la votación en la que se decidía poner fin a la huelga y llegar al acuerdo con la empresa respecto al convenio. Aunque esta decisión no fue unánime: 984 a favor frente a 635 en contra, y en la cual el sindicato promotor de la huelga, ATA, en ningún momento estuvo de acuerdo.

Obstáculos en una lucha incansable

La huelga fue convocada primeramente por el sindicato ATA (Asociación de Trabajadores del Acero) sin embargo, poco después fue secundada por CCOO, UGT y USO.

Durante estos meses, los trabajadores en huelga han tenido que hacer frente a todas las dificultades que nos podemos imaginar. Por un lado, al comienzo de la huelga la empresa intentó, mediante petición judicial, ilegalizar la huelga. Sin embargo, esto no llegó a nada más que a la mayor determinación de los trabajadores y a la coordinación de las acciones.

Además de esto, la empresa se negaba a negociar puesto que no daba como válido el comité de huelga que se había conformado con la representación de las diferentes centrales sindicales en lucha.

Por otro lado, conforme la intensidad de las jornadas aumentaba también lo hacía la represión. Durante los cortes que se dieron en la A7 intervino la Guardia Civil, lo que acabó con disturbios y denuncias a trabajadores.

Además de todo esto, incluso antes de que se comenzara la huelga, el Consejo Andaluz de Relaciones Laborales (CARL), organismo dependiente de la Junta de Andalucía, ha intentado “mediar” entre los trabajadores y la empresa. En el mes de mayo, presentaron una propuesta que fue ampliamente rechazada. A pesar de llevar en ese momento más de 3 meses en huelga y tener muchas dificultades económicas, no quisieron dejarse llevar por el “hambre” y los trabajadores decidieron seguir adelante con su lucha demostrando, una vez más, la dignidad de la clase trabajadora. Tras este acontecimiento, la empresa comunicó que se pasarían de 5 turnos llevados a cabo a 3. Con otras palabras, la empresa amenazó con despidos en un corto plazo por no haber alcanzado un acuerdo que solo cumplía con los requisitos de una de las partes.

A todo esto han ido pudiendo hacer frente gracias a mecanismos de autoorganización y solidaridad. Tanto la caja de resistencia que les ha ayudado a subsistir económicamente como el apoyo de la población con la realización de manifestaciones.

Aprendizajes de una huelga histórica

Como se decía más arriba, la jornada de huelga comenzó con motivo de la negociación del convenio colectivo. Sin embargo, más que subidas salariales o mejoras concretas del día a día, lo que los trabajadores más han reclamado ha sido tener tiempo para tener vida.

Las reivindicaciones principales de la plantilla era la revisión salarial y la prima de producción, pero sobre todo, el elemento central era la flexibilidad laboral que la empresa quiere imponer. Esto supone un 10% de distribución irregular de la jornada durante 21 días al año, la disponibilidad de la plantilla si no hay voluntarios y un precio por la hora extra trabajada por debajo del actual.

El acuerdo al que se ha llegado deja un sabor agridulce entre los trabajadores, apelando a que la votación ha sido “una votación de hambre” (declaraciones para El País de Alberto Padilla, miembro independiente del comité). El documento es prácticamente el mismo que el del mes de mayo, el cual los trabajadores de Acerinox rechazaron.

El acuerdo lleva consigo una subida salarial del 2.75% para 2024 y de un 12’9 en cinco años. Sin embargo, y a pesar de que se trata de una empresa que en el primer trimestre del año ha obtenido unos beneficios de 53 millones de euros, y que incluso en sus comunicados oficiales hablan de que confían en las buenas perspectivas para el negocio, informan de la posibilidad de seguir practicando los ERTES cuando sea necesario.

Por otro lado, en cuanto a la flexibilidad, los trabajadores no han conseguido su reivindicación. Aunque los directivos venden la idea de que solo los voluntarios trabajarán si la empresa los requiere, la realidad es que o por necesidad económica de los trabajadores o porque no haya suficientes voluntarios, la empresa estará en su derecho de llevar a cabo esa flexibilidad. Esta reivindicación era una de las más importantes para la plantilla puesto que es la que más repercute en la conciliación del trabajo con la vida personal.

Desde Izquierda Anticapitalista Revolucionaria queremos mostrar todo nuestro apoyo para la plantilla que ha estado en huelga en Acerinox. Las dificultades han sido muchas y la lucha no ha sido en vano. Los y las trabajadoras podemos recoger su experiencia y extraer aprendizajes para las peleas presentes y futuras.

Aunque el acuerdo tenga sus limitaciones, se ha demostrado que no hay otra manera de plantar cara si no es mediante la herramienta de la huelga y la autoorganización de los trabajadores.

No hay atajos: LA LUCHA SIGUE.