Traducción de un comunicado del NPA y NPA Jóvenes Revolucionarios
Desde el lunes, manifestaciones masivas y revueltas de jóvenes, en su mayoría canacos, estallaron en Numea en contra del proyecto de “deshielo del órgano electoral”, que fue finalmente votado en París el pasado 15 de mayo. La población canaca de Nueva Caledonia se opone a esta nueva ley del gobierno que tiene como objetivo modificar el órgano electoral del territorio ofreciendo el derecho a voto a los metropolitanos que viven desde hace solo 10 años en dicho territorio. Al favorecer políticamente a esta población en detrimento del pueblo canaco, esta ley, adoptada por 351 votos contra 153, refuerza la política colonial del Estado francés en ese archipiélago colonizado desde 1853, y cuyo código del “indigenato” fue derogado en 1946. Considerado hoy como un “territorio de ultramar”, ese archipiélago es considerado como un territorio de segunda categoría por el Estado francés, dónde falta de todo… para los pobres y en primer lugar para las clases populares canacas. El paro roza el 25% en la población canaca y cae hasta el 7% para los no canacos. Muchos jóvenes canacos tienen que abandonar de forma precoz los estudios sin encontrar ningún empleo a la salida y padecen la discriminación cotidiana.
La juventud canaca, pero también una parte de la que proviene de la inmigración de otros países de la región, se rebelan en contra de esta nueva ley colonial, y de manera más profunda en contra de 170 años de colonización y de racismo y en contra del empeoramiento de las condiciones de vida y de trabajo para las clases populares del archipiélago.
La respuesta del gobierno francés ha sido inmediata: declaración del estado de emergencia y de un toque de queda, prohibición de manifestarse, prohibición de reunirse, prohibición de la red social Tik Tok, y detenciones masivas…los que protagonizan las revueltas han sido reprimidos violentamente con el uso masivo de bolas de goma y de granadas de cerco. Tres jóvenes ya han muerto. El gobierno ha incluso desplegado al ejército dejando libre albedrio para que se formen milicias llamadas “lealistas”, es decir milicias coloniales, que han disparado con armas de fuego sobre jóvenes canacos. Frente a jóvenes con, a veces, tan solo 15 años o menos que expresan su rebeldía en contra de unas condiciones de vida insostenibles – saqueando a veces para hacerse con productos de primera necesidad – el gobierno solo conoce el arma de la represión, al igual que ocurriera durante las revueltas que tuvieron lugar después del asesinato de Nahel, matado por la policía. Los “llamamientos al diálogo” realizados en paralelo por el gobierno suena a mentira a la vista de la amplitud de la represión.
¿Cómo no hacer la comparativa con lo que sucede en Palestina? Una vez más, los Estados coloniales e imperialistas oprimen a pueblos durante décadas para sacar siempre más beneficios de la explotación de su territorio y para mantener su control político y militar en el conjunto del mundo. Si el gobierno francés apoya al gobierno israelí en sus políticas coloniales de limpieza étnica, es también porque tiene prácticas similares en lo que se refiere a la defensa de sus propios intereses en el resto del mundo. Para Francia y su ejército, Kanaky-Nueva Caledonia es un territorio estratégico en la región del Indo-pacífico. Además la isla contiene numerosas minas de níquel, metal que aparece en las baterías eléctricas y de las cuales la burguesía francesa ha emprendido activamente la explotación desde hace décadas. Para asegurar su control sobre el archipiélago, el gobierno francés desarrolla desde hace 170 años una política colonial de poblamiento en kanaky-Nueva Caledonia en la que esta modificación del órgano electoral ha sido su última consecuencia.
A diferencia de numerosos responsables políticos franceses, de izquierdas como de derechas, que llaman a la calma, nosotros/as somos solidarios/as de esta juventud que se rebela. El pueblo canaco, como el palestino, lucha legítimamente por su derecho a la autodeterminación. Más allá de la lucha contra esta nueva ley colonial, es el conjunto de la sociedad imperialista que relega a los canacos a lo más bajo de escala social, discriminándoles, que habrá que derrocar: una lucha que podrá ligarse con numerosos oprimidos/as y explotados/as de la región.