PRIMERAS CONCLUSIONES DE LAS ELECCIONES CATALANAS

Derrota del bloque independentista

Las elecciones del 12 de mayo en Catalunya dieron la victoria al PSC de Salvador Illa, siendo su partido el más votado con 872.959 votos (casi 220.00 más que en 2021) y 42 escaños, ganando 9; CAT-JUNTS+ subió más de 100.000 votos hasta llegar a los 674.896 y los 35 escaños, ganando 3; ERC se dejó más de 178.000 votos, con 427.135 votos y 20 escaños, perdiendo 13; el PP triplicó sus votos de 2021 con 342.584 y subiendo a los 15 escaños frente a los 3 de las anteriores elecciones; COMUNS se deja unos 14.000 votos, con 181.795 y pierde dos escaños para quedarse en 6; las CUP también pierden votos, 127.850 en 2024 por 189.924 en 2021, y escaños, 4 ahora por los 9 que tenían anteriormente; por su parte la extrema derecha se fortalece con la irrupción de Aliança.Cat con 118.302 votos y 2 escaños, así como la subida en votos de VOX hasta los 248.554 y el mantenimiento de sus 11 escaños; C´S desaparece con poco más de 20.000 votos y la abstención sigue alta, con un 42%.

Por primera vez desde 1980, los partidos independentistas han perdido la mayoría absoluta. Entre las razones están las maniobras de lawfare (Operación Cataluña por ejemplo) y la represión de PP y PSOE, así como la política de liquidación de las movilizaciones en las calles como vía para lograr el derecho a la autodeterminación por parte de ERC y Junts, que han sustituido progresivamente por propuestas institucionalistas, como el Acuerdo de Claridad de ERC durante la investidura de Sánchez o la vía autonómica que Puigdemont ha explicado durante la campaña electoral.

Vence el PSC, pero la gobernabilidad no está clara

La victoria de Illa ha fortalecido la política en Catalunya del PSOE, una mezcla de represión y negociación para reconducir el proceso por la autodeterminación dentro los márgenes del Régimen del 78, mientras señalaba como único respnsable de la represión al Gobierno de Rajoy y las negociaciones de gobiernos en Madrid y la Generalitat iban debilitando en las urnas a ERC, que tiene hoy una grave crisis en su dirección por estos últimos resultados.

No obstante, el PSC no tiene garantizado el formar gobierno. Podemos esperar unos tres escenarios: el primero, un gobierno del PSC con el apoyo ERC y los Comuns, si bien esto aún no ha sido decidido por la dirección saliente de ERC y que además podría llevar a Junts a retirar el apoyo en Madrid al PSOE, dejando muy tocado el Gobierno de coalición; el segundo, menos probable, sería la investidura de Puigdemont con el apoyo de ERC, la CUP y la abstención del PSC, difícil para el partido social liberal cuando ha ganado por primera vez en votos y escaños en Catalunya, aun cuando Junts puede jugar la carta de presionar a Pedro Sánchez con los 7 diputados que tienen en el Congreso; y el tercero, tampoco descartable, sería la repetición de las elecciones.

La abstención castiga a la izquierda, la derecha sube y la clase trabajadora y la juventud siguen rebelándose

La CUP también ha sufrido las consecuencias de una campaña electoral en la que no negó una investidura de Puigdemont como President, de investir a Aragonés y de evitar potenciar las movilizaciones para enfrentar las políticas del Govern durante estos años. Han priorizado la estabilidad y la negociación con ERC como método para que sus políticas giraran a la izquierda, un giro que no se ha dado y que ha provocado la desafección entre los propios votantes de la CUP. De hecho, el alto índice de abstención de estas elecciones es un indicador claro de la desilusión entre los votantes de izquierdas.

Por otra parte, suben los partidos de derecha y extrema derecha. El PP ha sacado más votos de los fagocitados a C´S, VOX mejora su número de votos y se convierte en la segunda fuerza en los barrios con las rentas más bajas de Catalunya según el Centre d’Estudis d’Opinió. Como última novedad, tenemos la irrupción de Aliança Catalana, una organización de extrema derecha independentista y cuyo discurso racista compite con Vox y que ha logrado que tanto Junts como el PP propusieran medidas más y más duras contra los y las inmigrantes en aras de la seguridad ciudadana, para disputar esos votos a AC y VOX.

La suma de las derechas está en torno al 45% de los votos. La ola reaccionaria europea también se ha visto presente en estas elecciones. La responsabilidad vuelve a estar una vez más en los gobiernos que diciéndose de izquierdas, realizan políticas de derechas. Igual que Sánchez en el Estado español, Aragonés ha llevado a cabo en el Govern medidas social liberales con discursos simbólicos con el apoyo del reformismo, sea SUMAR en Madrid o los Comuns en Catalunya.

Sin embargo, la clase obrera y la junventud siguen marcando el camino para enfrentar a la extrema derecha y sus discursos. La huelga de más de 100 días de Acerinox y la extensión de las acampadas universitarias en defensa del pueblo palestino así lo demuestra. Sea investido Illa, Puigdemont o se repitan las elecciones, la única manera para que los y las trabajadoras catalanas puedan lograr sus aspiraciones sociales y democráticas, incluido el derecho a decidir, pasa por plantear una serie de medidas programáticas que defiendan el aumento de los salarios al ritmo del coste de la vida, controlen los alquileres, expropiando las empresas energéticas para acabar con las subidas de la luz y el gas o derogando las leyes que permitan la destrucción de nuestros servicios públicos. Medidas que solo podrán ser impuestas mediante la movilización, las huelgas y la autoorganización de la clase trabajadora.