El 11 de diciembre el ministro de Interior Darmanin vio rechazado su proyecto de ley en la Asamblea y en 15 estaba en Calais para defenderlo nuevamente. El mismo día, frente a la costa, 2 hombres desaparecieron cuando intentaban llegar a Inglaterra, ampliando todavía más la lista de l@s ahogad@s en el Canal de la Mancha y en el Mediterráneo. El 19 de diciembre se alineó, por orden del mismo Macron, con Los Republicanos de Éric Ciotti y los racistas del Frente Nacional.
“Es una victoria ideológica”, proclama Marine Le Pen. Sí, es una victoria fácil de las ideas xenófobas más nauseabundas, ya que tanto Macron como Darmanin habían recorrido un largo camino en este sentido. Su política migratoria, como la de todos los gobiernos europeos, asesina. Una escalada contra l@s inmigrantes que es contra tod@s l@s trabajador@s. Nunca son los empresarios, los directivos de las firmas multinacionales o los explotadores quienes encuentran barreras: para ellos la libertad de circulación es total. Lo es para sus capitales y bienes, resultantes del saqueo de las riquezas en todo el planeta.
Si toda la derecha desde Macron a Le Pen pasando por Ciotti quiere endurecer las reglas contra l@s inmigrantes es para permitir a la patronal que l@s explote aún más, haciendo depender su permiso de residencia de su empleo, chantajeándoles en la renovación de sus documentos. Porque los empresarios necesitan a l@s trabajador@s inmigrantes para realizar las tareas más difíciles y peor pagadas. Y nos están atacando a tod@s atacando a nuestr@s compañer@s de trabajo.
El carácter racista de este proyecto de ley, en sus aspectos más injustos, en particular en lo que respecta a las posibilidades de asistencia sanitaria para l@s trabajador@s inmigrantes y sus familias, ha causado cierto revuelo en las filas de los diputados de Modem o de una parte de los diputados macronistas y algunos ministros reacios. Pero fue votado por toda la derecha y la extrema derecha. El acuerdo entre Macron, Ciotti y Le Pen muestra el camino tomado por quienes nos gobiernan para endurecer su política antiobrera, de la cual la política antiinmigrante es un aspecto.
¡Mismos patrones, mismos combates!
La izquierda parlamentaria se siente hoy ofendida. A buenas horas, si olvidáramos que esta izquierda en el poder nunca defendió la apertura de fronteras y los derechos de l@s inmigrantes. Si olvidáramos que su política antiobrera abrió la puerta a Macron y al crecimiento de la extrema derecha. Nos corresponde a nosotr@s luchar para que el gobierno se trague su ley y combatirla: impedir las expulsiones, imponer los mismos derechos para tod@s, franceses o inmigrantes, en particular en materia de vivienda y salud.
Todo lo que l@s trabajador@s han ganado alguna vez es a través de sus luchas, manifestaciones y huelgas. En estas luchas, como en el trabajo diario, sea cual sea nuestra nacionalidad, con o sin papeles, tod@s somos de la clase que trabaja para producir riqueza… ¡y que recibe salarios muy inferiores a la riqueza que produce!
Quienes han tenido que cruzar mares y fronteras se encuentran entre l@s más explotad@s entre nosotr@s, en cocinas de restaurantes, en la construcción, mantenimiento de oficinas o servicios personales, sin papeles y/o en empleos temporales o precarios. Razón de más para permanecer unid@s. Porque la única frontera para nosotr@s, la que separa a l@s explotad@s de los explotadores.
No a la ley Macron-Darmanin-Le Pen contra nuestr@s herman@s inmigrantes. Somos tod@s nosotr@s, tanto trabajador@s nativ@s como inmigrantes, a quienes los líderes y patrones nos enfrentaremos en las huelgas y en las calles, en las próximas semanas y meses.