ESTE PRIMERO DE MAYO DEBE SER UN NUEVO DÍA DE LUCHA

Este 1º de mayo debe ser de nuevo un día de lucha, un día para movilizarnos en las calles y mostrar como el sistema capitalista nos condena a la miseria, el sufrimiento y la barbarie. Debe ser un día para que nuestro bando social reivindique la necesidad de unificar las luchas, coordinar acciones y dar apoyo a los diferentes conflictos que a nivel internacional están plantando cara a los atropellos que diariamente sufrimos contra nuestra clase.

Tras los años de pandemia, con todas las consecuencias que ha tenido para la clase trabajadora en materia de salud, derechos perdidos y en aumento brutal de la precariedad laboral y económica; con un cambio climático que cada vez se manifiesta de forma más extrema, la proliferación de guerras por todo el mundo, con un aumento de la tensión entre imperialismos como se está viendo en Ucrania; a toda esta situación, hemos de sumarle una inflación que sigue ahogando a la clase obrera de todo el mundo al no subir los salarios.

Estamos viviendo la mayor caída del poder adquisitivo de los y las trabajadoras en 40 años por la diferencia que hay entre la subida de la inflación y la de los salarios. La continua alza del precio de los alimentos, hasta un 15% de momento, se unen a la de las hipotecas, con un Euribor disparado, y a la de los alquileres. Ya son el 36% el que debe dedicar casi la mitad de sus ingresos a pagar su vivienda, sin contar con la luz o el gas. A esto hemos de sumar la destrucción de los sistemas de servicios públicos como la sanidad y la educación, con el gobierno PSOE-UP destinando 4 veces más a defensa que a la enseñanza o la salud y los gobiernos autonómicos aplicando brutales recortes. Mientras nuestra juventud vive asolada por un paro crónico, un tercio tiene que abandonar sus estudios por temas económicos y su capacidad para emanciparse es nula y a la vez se rebaja la cuantía de las pensiones a nuestros y nuestras mayores; mientras que empresas como Sanitas aumentó su tasa de beneficio hasta los 206 millones de euros, Repsol lo hizo en 4.564 millones solo en 9 meses y 3,5 millones de casas vacías (el 80%) están en manos de los bancos.

Mientras tanto frente a todo esto, en el estado español, las recetas del gobierno de PSOE-UP, siguen siendo migajas y parches que no enfrentan de cara a los verdaderos responsables de nuestro expolio. Con una reforma laboral pactada con la patronal por su mesura y por “garantizar la paz social”, una medidas sociales que solo llegan a una parte muy ínfima de la población o una ley de vivienda que no resuelve el problema habitacional que llevamos arrastrando más de una década; Nos muestran una vez más cómo en concreto el gobierno reformista de PSOE-UP y en general la vía institucional sin una movilización fuerte en la calle que marque la agenda social y una clase obrera autoorganizada que sea capaz de superar la lógicas de las burocracias sindicales, no va a enfrentarse a los intereses de los que más tienen para defender las necesidades de la gran mayoría de la sociedad.

El camino no lo marca la vía institucional, sino los esfuerzos y la resistencia de amplios sectores que se han movilizado y de los que recoger el testigo. En Francia tenemos un gran ejemplo de cómo nuestro bando social está plantando cara a un gobierno de Macron que solo vela por los intereses de los grandes capitales financieros del país. La reforma de la edad de jubilación ha sido la chispa que faltaba para terminar de incendiar las calles del país vecino, después de años de una movilización sostenida en el tiempo tras los diferentes atropellos que se han perpetrado contra nuestro bando social. Las manifestaciones y diferentes huelgas organizadas por las centrales sindicales y organizaciones de la izquierda, están dando paso a los primeros conatos de autoorganización de los trabajadores, que están planteando su propia agenda de lucha de las direcciones sindicales y políticas. La lucha contra la reforma de las pensiones de Francia es tan solo la punta del iceberg de un malestar social que cada vez es más evidente en todos los sectores y que es común a todos los trabajadores y trabajadoras, ya sea en Francia o en el estado español.

Desde Izquierda Anticapitalista Revolucionaria (IZAR) lo planteamos claramente, para frenar la carestía, para tener una vivienda digna, para tener unos servicios públicos, para acabar con las guerras y el sufrimiento y para salvar el planeta hay que expropiar a los que acaparan las riquezas y unificar las luchas a nivel internacional. Esa tarea sólo puede llevarla a cabo la movilización de nuestro bando social y éste debe hacerlo con sus propias sus herramientas históricas: la huelga y la movilización para imponer un programa de urgencia social, que genere empleos estables y de calidad, con un aumento de salarios equiparables al aumento del coste de la vida y unas pensiones dignas para los y las trabajadoras que ya no están en activo. Que ponga encima de la mesa el control de los sectores energéticos y demás estratégicos para acabar con esta vorágine de aumento de precios y para que la economía esté al servicio de nuestras necesidades y no para hacer más ricos a los que ya lo son. Para ello, apostamos por la construcción de un frente social que reagrupe a todos y todas las organizaciones, sectores sindicales, colectivos sociales y activistas que se enfrentan mediante la movilización y la huelga a los intereses de los capitalistas y que impulse una movilización sostenida en el tiempo con las reivindicaciones de nuestra clase. Que este 1° de Mayo se oiga alto y claro que o con la patronal o con la clase obrera.