El pasado 10 de marzo quebraba el famoso banco de las empresas tecnológicas “Silicon Valley Bank”, dos días después de la quiebra de “Silvergate Bank”. Ante las reminiscencias de la crisis financiera de 2008, la Reserva Federal salió de inmediato a explicar que el conjunto del sistema bancario volvería a tener una línea de crédito prácticamente ilimitada para evitar más crisis de liquidez y el Banco Central Europeo salía también presuroso a clamar a los cuatro vientos que el sistema bancario europeo era sólido y que cumpliendo los Acuerdos de Basilea, no había por qué temer una crisis en la zona euro. Menos de diez días después quebraba en la práctica “Credit Suisse” (ha tenido que ser absorbido por “UBS” y rescatado por el Banco Central Suizo) y los mensajes de tranquilidad parecían caer en saco roto… Además, en los últimos días de marzo hemos visto como el todo poderoso “Deutsche Bank” o el “Banco Sabadell” sufrían fuertes caídas en bolsa así como la fuga de depósitos de todo el sistema financiero estadounidense y europeo. ¿Se va a repetir la crisis de 2008? ¿Por qué el sistema bancario tiene siempre un salvavidas ilimitado? ¿Qué papel juegan los tipos de interés y la inflación en esta situación?
Similitudes y diferencias con la crisis financiera de 2008
La cruda realidad es que el sistema capitalista tiende a la crisis cíclica y, desde hace ya unas década; podríamos decir que la crisis se ha convertido en la regularidad de los ciclos industriales y financieros del sistema capitalista. Por solo dar un dato, desde el abandono del patrón oro en el año mmmm cada euro de crecimiento económico de Europa y Estados Unidos han sido financiados por tres euros de deuda. No es un dato menor si tenemos en cuenta que dicho endeudamiento en la actualidad es el detonante de las crisis en las economías domésticas (a través de las hipotecas), en los estados (a través de la deuda pública) y en la clase trabajadora (ya que las empresas que no pueden hacer frente a sus deudas acuden siempre al despido masivo como primera medida de impago). Por si esto fuera poco, se dan procesos como los ERTE, ERE y demás que transforman toda la deuda privada de empresas y el sistema financiero en deuda pública pagada con la privatización de los servicios públicos y los impuestos que mayoritariamente paga también la clase trabajadora.
Sin embargo esta crisis tiene diferencias con la de 2008. Si en 2008 nos vendían que la crisis era fruto de la irresponsabilidad de los bancos que especulaban con las hipotecas de dudoso cobro (como si hubiera un negocio financiero que por contra pudiera ser responsable en los términos del mercado capitalista), en este 2023 la crisis financiera está comenzando porque los bancos tienen inversiones “demasiado seguras”. Y es que resulta que el mercado financiero es tan irracional que las continuas inyecciones de liquidez de los diferentes bancos centrales, desde la crisis del 2008, a través de la bajada de los tipos de interés provocó que a los bancos les “sobrase el dinero”. Tenían tantos depósitos que para ofrecer un tipo de interés tenían que realizar un volumen enorme de inversiones que decidieron alojar en deuda pública y bonos de largo plazo (los activos en teoría más seguros) Como los bancos solo guardan en torno a un 4% de reservas del dinero depositado, al subir la Reserva Federal y el Banco Central Europeo los tipos de interés, muchos depositantes decidieron sacar su dinero del banco para invertirlo también en cualquier tipo de renta segura y fija. Para hacer frente a esa retirada de depósitos, los banco se han visto obligados a vender dichos bonos de deuda a largo plazo que en la actualidad valen mucho menos de lo que costaron en su momento (ya que es una deuda que en 10 años puede dar un 2% y en la actualidad un mismo bono a 10 años puede dar más del 4%) por lo que algunos bancos no han podido hacer frente al retiro de depósitos dándose situaciones de quiebra sino es por un rescate, línea de crédito de un Banco Central, absorción etc.
La continuación del artículo estará en el número de mayo.