El conflicto en el sector del metal en Bizkaia no hace más que intensificarse: tras 11 jornadas de huelga, la negativa constante de la patronal y la represión que están sufriendo l@s trabajador@s han sido respondidas con piquetes masivos y manifestaciones multitudinarias. Las últimas jornadas de huelga han sido un éxito rotundo, paralizando el sector y lanzando el mensaje claro a la patronal de que no habrá paz social sino ceden en sus resistencias a mejorar las condiciones de vida de más de 56.000 trabajadores.
Ante esta respuesta de la clase trabajadora, y ante el peligro de que el conflicto se convierta en una referencia para muchos otros sectores por todo Euskal Herria, la respuesta de la patronal han sido amenazas y represión. Califican las reivindicaciones de “injustas, innecesarias y avariciosas”, mientras sus beneficios empresariales baten récords.
En los últimos días se produjeron reuniones de la mesa negociadora donde no hubo ningún avance. La mayoría sindical, integrada por CC OO, LAB y UGT, presentó una nueva plataforma que los empresarios tacharon de inasumible, tras insistir en que había llegado a su límite después de varias mejoras. Por su parte ELA defendió la huelga indefinida en el sector del metal de Vizcaya hasta conseguir un convenio justo tal y como explican en su último comunicado: “garantizar incrementos de IPC en cada uno de los años de vigencia para el conjunto del sector y otras mejoras sustanciales en contenidos como reducción de jornada, ampliación de la subrogación a más sectores, control de las ETT, planes de igualdad reals, y garantas de aplicación del convenio.”
Para ELA es necesario poder articular una respuesta contundente a las posiciones de bloqueo de la parte empresarial y por ello la necesidad de convocar una huelga indefinida lo antes posible. ELA entiende que “tras 11 días de huelga, el siguiente paso es la huelga indefinida hasta conseguir los contenidos que merece el metal de Vizcaya”.
A pesar de que las posiciones sindicales no están unificadas en la actualidad, la demostración de fuerza que está haciendo la clase trabajadora del metal es digna de ejemplo y en ese camino deben empujar hacia adelante en el conflicto. El único idioma que entiende la patronal es de la lucha y de hecho, a pesar de sus negativas, han tenido que echar atrás varios aspectos lesivos de su propuesta inicial y aumentar su propuesta salarial.
La lucha que están manteniendo en Vizcaya es también importante de cara a otros sectores que se están movilizando en diciembre, como l@s trabajador@s de Amazon, del SAD, trabajadoras residencias o en el sector docente. Hay que avanzar en la unificación de las diferentes luchas, pues una victoria en el metal de Vizcaya es una victoria para todo nuestro bando social y una oportunidad para aumentar la capacidad de lucha de otros sectores.