L@S TRABAJADOR@S DE VENEZUELA TIENEN LA ÚLTIMA PALABRA. NO AL GOLPE DE ESTADO

Lo sucedido en Venezuela el pasado miércoles sólo tiene un nombre aunque pretendan revestirlo de “rebelión popular”: golpe de estado. La autoproclamación de Juan Guaidó, líder opositor, como presidente y el reconocimiento a los 20 minutos por Donald Trump, no se han producido por sorpresa. Quienes defienden el golpe, ni entran a considerar si es justificado o no, sencillamente lo niegan. La calurosa bienvenida de EEUU, Canadá, el Brasil de Bolsonaro y la amplia mayoría de estados de América Latina y la expectación favorable pero comedida de la UE no dejan lugar a dudas.

A nadie se le escapa cuál es la situación del país sudamericano desde la muerte de Hugo Chaves, cuál es el estado actual de hibernación de la llamada Revolución bolivariana y su repliegue burocrático y a qué tensiones geoestratégicas se enfrenta. La crisis económica que atraviesa Venezuela desde hace tiempo y el bloqueo al que es sometida por sus reservas petrolíferas aceleraron la burocratización del estado. Sin embargo, el capitalismo internacional con el que Nicolás Maduro ha concertado y sus tentáculos imperialistas no permitían mayores dosis de paciencia: hace unos meses se produjo un intento golpista ante el mismo presidente.

Esta vez la oposición golpista (lleva haciendo llamamientos en los últimos meses), que controla la Asamblea Nacional y se ha bunkerizado, ha tratado a las bravas de ponerle fin al proceso bolivariano en clara consonancia con EEUU. Un grupo de una veintena de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada) detuvo en la madrugada del lunes a sus oficiales jefes en Caracas y el martes el vicepresidente estadounidense Mike Pence hizo un llamamiento golpista en twitter señalando a Maduro como un dictador, reconociendo a la Asamblea Nacional como el órgano de poder legítimo y convocando la marcha del miércoles.

Como bien señalan organizaciones anticapitalistas en Venezuela, alejadas desde hace años de la órbita del PSUV, es el pueblo trabajador movilizado el único que tiene en su mano construir una alternativa verdaderamente de clase, que atienda a sus intereses, e independiente a la agenda del chavismo en decadencia que representa el gobierno actual de Nicolás Maduro. Frente a la crisis del sistema político, ninguna injerencia imperialista ni la derecha que llama a las armas puede socavar la soberanía del pueblo venezolano.

Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR condenamos el golpe de Estado ejecutado con el apoyo de EEUU en Venezuela con que se ha erigido Juan Guaidó, líder opositor de la formación Voluntad Popular. Con todas las diferencias con el proyecto político y económico que encabeza Nicolás Maduro, sólo l@s trabajador@s y a juventud venezolan@s tienen la última palabra para decidir su futuro en libertad. Denunciamos los vítores golpistas desde el estado español de las 3 derechas PP-Cs-Vox y el calculado silencio táctico del gobierno de Pedro Sánchez, que ya ha llamado a Guaidó.

Qué cinismo por parte de un gobierno que no duda en reprimir y encerrar a quienes quieren votar en Catalunya o que no tiene ningún problema en mantener relaciones privilegiadas con gobiernos que reprimen a sus pueblos como puede ser el caso de Arabia Saudí o Marruecos. Lo que está detrás de la posición de este gobierno de Sánchez y del conjunto de las organizaciones de la derecha española es favorecer a gobiernos en Latinoamérica que no se enfrenten en ningún caso a los intereses de sus multinacionales.

La clase obrera venezolana es la única que puede retomar el proyecto de emancipación social y nacional frente al imperialismo y las multinacionales que la Revolución bolivariana pretendía llevar a cabo. Fuera las manos de EEUU y sus alianzas internacionales de Venezuela y América Latina.

“Sólo el pueblo pone, sólo el pueblo quita”