UN 1º DE MAYO A LA OFENSIVA. UNIFIQUEMOS LAS LUCHAS PARA GANARLO TODO

2018 ya es el décimo año desde que empezó la crisis. Fue en 2012 cuando el gobierno del Partido Popular dijo por primera vez que se veían “brotes verdes” en la economía española. La realidad es que la tasa de paro se encuentra actualmente en un 16,1% (en torno a un 2% más bajo que el mismo mes de 2017) pero a costa de la precarización, la pobreza y la miseria de millones de trabajador@s. Los brotes verdes que vio el Partido Popular no hacían referencia al 28% de la población que se encuentra actualmente en riesgo de pobreza, o el estancamiento de los salarios desde 2012, disminuyendo sustancialmente estos en los tramos más bajos.

Más bien hacen referencia a que el 1% de la población más rica del Estado español sigue poseyendo actualmente el 25% de la riqueza, un porcentaje similar al que tiene el 70% de la población trabajadora; también hacen referencia a que las empresas del IBEX, en un contexto de miseria social y desigualdad sin precedentes, ha aumentado sus beneficios solo entre 2016  y 2017 un 16%. Aquí es donde se encuentran los brotes verdes de la reforma laboral de 2012 y de la 2010; los brotes verdes del artículo 135 de la Constitución y el pago de la deuda por encima de cual otro gasto social; o  los brotes verdes de las sucesivas reformas de las pensiones desde el Pacto de Toledo.

En este contexto llegamos a un nuevo 1º de Mayo, con una clase trabajadora en la que se concentran reformas laborales, pensionazos, desahucios, vidas y trabajos precarios. Y no solo eso, como se está demostrando en Catalunya o en los casos de represión como el de Valtonyc, cuando el Estado se ve amenazado, bien sea por un referéndum, por parar un desahucio o por escribir unas letras, ataca con toda la fuerza de la que dispone.

Pero la clase trabajadora no se mantiene sumisa ante esta situación, no la ve pasar como si nada, como querrían los capitalistas y sus gobiernos. Hemos visto en el último periodo como ha habido un claro repunte de la respuesta ante todos los ataques, no solo el espectacular ciclo de luchas y movilizaciones de l@s catalan@s por el derecho a decidir y la represión del Estado; también la huelga y masiva movilización del 8 de marzo, la cual ha significado un salto cuantitativo y cualitativo en las respuestas ante la violencia y los ataques contra las mujeres trabajadoras; la lucha por las pensiones que vuelve a poner sobre la mesa que hay una generación, que lleva peleando desde los años 70 y que no se resigna ante nada, y que sale de nuevo a las calles a exigir unas pensiones dignas y aseguradas para ell@s y para las futuras generaciones;  sin olvidar la valiente huelga de Amazon en Madrid contra uno de los gigantes empresariales más potentes del mundo, l@s profesor@s interin@s en Andalucía que luchan contra la precariedad dentro del sector público y tantas luchas y movimientos que se están dando a diario en el conjunto del Estado español como pueden ser l@s trabajador@s de H&M en Bilbao o del Metro de Málaga.

El 1 de mayo es el día en el que históricamente l@s trabajador@s y la juventud se han encontrado en las calles y en los centros de trabajo y de estudio. Este 1 de mayo tiene que servirnos para que todos los sectores que están peleando visibilicen sus luchas y confluyan en una movilización común, una respuesta coordinada que no solo sea un cortejo en una manifestación sino un punto de confluencia político que permita iniciar una respuesta contra los brotes verdes de los capitalistas y de sus gobiernos. Las Marchas de la Dignidad tienen que servir como un punto de encuentro de las organizaciones políticas, sociales y sindicales, ante la inacción de las direcciones sindicales ante todo lo que está pasando y convertirse en un espacio donde l@s que luchan puedan reconocerse construyendo un programa común, que avance hacia una huelga general sostenida que haga que la crisis la paguen los capitalistas y no l@s trabajador@s.

Ya está bien de resistir cada uno por nuestro lado, hay razones de sobra para responder tod@s junt@s a la vez golpeando en una misma dirección. Pero para eso, hay que llevar a la práctica la consigna de la unificación de las luchas. Y eso no es sólo solidarizarse con la lucha de uno o cual sector o la asistencia a una manifestación o a una concentración. La unificación de las luchas efectiva pasa por que trabajador@s de diferentes sectores, pensionistas, parad@s, jóvenes se reúnan, acudan a sus respectivas asambleas y debatan para tratar de ofrecer perspectivas que puedan ir más allá de sus propias reivindicaciones con el fin de acabar con las políticas anti sociales vengan del gobierno que vengan. Eso es lo que verdaderamente temen los que nos gobiernan. ¿A qué estamos esperando?