FRENTE A LA REPRESIÓN DEL PUEBLO CATALÁN Y LOS PRESUPUESTOS DE LA MISERIA: ROMPAMOS CON EL RÉGIMEN DEL 78 Y LOS CAPITALISTAS

Las fuertes movilizaciones vividas en Catalunya durante los últimos años han desembocado en una crisis política e institucional que se abrió el pasado 1 de octubre. Esta crisis en Catalunya vuelve a poner sobre la mesa la imposibilidad del Régimen del 78, sus instituciones y sus gobiernos para dar salida a las demandas sociales y democráticas de los pueblos del Estado español. Los mismos partidos que llevan durante toda la crisis haciendo políticas para el beneficio de unos pocos a costa de las condiciones de vida del conjunto de la clase trabajadora y la juventud, son los que no han dado otra salida para las aspiraciones democráticas del pueblo catalán que la represión, la cárcel y la imposición de unas elecciones que tienen como único objetivo normalizar la situación a cualquier precio.

El Régimen del 78 y los capitalistas en el Estado español han vuelto a tambalearse. La gran lección de lo sucedido en Catalunya es que si queremos tumbar a este Régimen tenemos que preparar una estrategia para el enfrentamiento con el Régimen que, como hemos presenciado, va a poner toda su energía y sus fuerzas en reprimir a toda costa cualquier proceso de autoorganización que escapen de su control. El nefasto papel de las organizaciones de izquierdas tanto políticas como sindicales en Catalunya que lejos de apoyar hasta las últimas consecuencias el derecho de autodeterminación del pueblo catalán, organizando la solidaridad en el conjunto del Estado español movilizando a la clase trabajadora y la juventud han sido cómplices de un discurso reaccionario amparado en los márgenes de la supuesta legalidad impuesta por el mismo Régimen del 78 para negar el derecho a decidir del pueblo catalán. De la equidistancia de PODEMOS entre el artículo 155 y la DUI hasta la desmovilización llevada a cabo por CCOO y UGT en las huelgas convocadas por sindicatos independentistas pasando por las declaraciones de Alberto Garzón negando la condición de presos políticos para los miembros del govern encarcelados y afirmando que es normal que “Puigdemont no pudiera salir de rositas porque es el gran responsable de lo que está sucediendo”.

No podemos normalizar que en Catalunya se encuentran invadidxs por las fuerzas policiales, tienen intervenidas sus instituciones y han detenido a una parte importante de lxs que han liderado la defensa del derecho a decidir de lxs catalanxs. Al igual que tampoco podemos normalizar que este mismo gobierno y sus satélites estén a las puertas de la aprobación de unos presupuestos que van a dar continuidad a las mismas políticas que llevan arrastrando a la miseria a lxs trabajadorxs y la juventud desde el inicio de la crisis.

Comienza 2018 y tenemos que reforzar y aumentar la lucha contra el Régimen del 78. Es fundamental que el movimiento de solidaridad generado en el conjunto del Estado español con Catalunya se mantenga y contrarreste los discursos de los reaccionarios y lxs equidistantes que nos vienen de las instituciones. Pero no podemos limitarnos a construir una solidaridad simbólica con el pueblo catalán o una lucha parcial contra los presupuestos de 2018 sino que tenemos que avanzar hacia la construcción de un movimiento que ponga en cuestión los pilares del Régimen del 78 y los capitalistas a los que defiende. La lucha por el derecho democrático de Catalunya se tiene que conjugarse con una lucha efectiva por el impago de la deuda para asegurar los servicios públicos; la derogación de las reformas laborales y el reparto del trabajo para acabar con el paro y la precariedad; la prohibición de los despidos para que las empresas no se sigan beneficiando de nuestras miserias; la nacionalización de la banca bajo control de lxs trabajadorxs…y tantas medidas que nos tienen que permitir acabar con este Régimen injusto, sus políticas y sus intereses económicos. Medidas que sabemos de sobra que no van a conseguirse desde la tribuna de un Parlamento sino que van a conseguirse a través de la lucha, la autoorganización y la huelga del conjunto de la clase trabajadora.