Ante la apremiante “unidad nacional” la tarde del sábado en Barcelona para plegarse en manifestación de la mano de los gobiernos estatal y catalán, el arco parlamentario, la monarquía y los Mossos y demás fuerzas represivas del estado, varios colectivos catalanes se han desmarcado al no estar de acuerdo con que participen el rey y el gobierno. Convocan a las 16h una concentración en la Rambla de Catalunya esquina Aragón, bajo el lema “Vuestras políticas, nuestras muertes”.
Son 170 organizaciones entre las cuales están Unitat contra el Feixisme y el racisme, Plataforma Aturem la guerra, entidades federadas y no federadas a Lafede.cat, la Red de Economía Solidaria, Stop Mare Mortum, las entidades soberanistas ANC y Òmnium, organizaciones sindicales como la Intersindical, Marea Blanca y las CUP, que finalmente también irá a la manifestación oficial. Piden vestir de azul para dar visibilidad a una voz crítica con la presencia de figuras institucionales que llegan a Barcelona con las manos manchadas de sangre.
Los colectivos, que hacen un llamamiento a la solidaridad y convivencia, denuncian la hipocresía de políticos de los gobiernos y de la monarquía. “No podemos olvidar que el PP fue a las Azores y dio apoyo a una guerra criminal, el inicio de lo que ahora es el Daesh”, señaló David Karvala, portavoz de Unitat contra el Feixisme y el racisme. “¿Cómo puede ser que ministros lideren un acto por la paz y la solidaridad cuando desde hace años defienden lo contrario?”.
El comunicado señala las políticas que promueven guerras mediante la venta de armas a países como Arabia Saudí y las políticas represivas y antiterroristas que fomentan la espiral de violencia. También se denuncia el incumplimiento de la acogida de refugiad@s, la represión policial y el fomento del racismo y la islamofobia. La lucha antifascista amplia y unitaria se convierte en un deber inaplazable vista la reacción social alimentada desde la política.
Frente a la “unidad nacional” del pacto antiterrorista, la unidad de la clase trabajadora
Nuestra organización, aunque no tiene presencia en Catalunya, no se siente interpelada, no acudiría y rechaza la manifestación convocada por el ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat para la tarde del sábado. Una cita que, convocada contra el atentado yihadista, se convirtió desde el día del macabro suceso en una adhesión cerrada al pacto antiterrorista, a las fuerzas represivas catalanas y del estado español, a la unidad nacional y a las políticas represivas contra inmigrantes, musulmanes, jóvenes y trabajador@s.
No entendemos que organizaciones de la izquierda radical como la CUP, cuyas declaraciones señalando los vínculos comerciales de la monarquía con Arabia Saudí y la financiación de ésta con el Daesh abrieron un sano debate, hayan rectificado su decisión inicial de no acudir, al perder la Casa Real el lugar predominante en la manifestación. Indudablemente seguidista es el papel de Podemos e IU en la limpieza de cara del régimen, por mucho que no hayan firmado el pacto antiterrorista y exijan una revisión de las relaciones económicas con la dictadura saudita. No podemos olvidar el beneplácito de Iglesias a Kichi en el apoyo a la fabricación de corbetas.
La primera respuesta del gobierno de Rajoy, que ayer en rueda de prensa dijo no descartar modificar el Código Penal en la lucha contra el terrorismo, fue evaluar el nivel de alerta y convocar una reunión del Pacto antiterrorista a la que por primera vez acudieron, aunque de observadores, todos los partidos políticos a excepción de Bildu, los mismos que en Barcelona acudirán a la manifestación. Sabemos que habrá consenso en la aplicación de políticas securitarias igual que se ha blanqueado estos días la labor represiva de los Mossos.
No compartimos una manifestación en la que marchan quienes alimentan por acción u omisión las guerras imperialistas, los saqueos y cierran las fronteras o miran para otro lado ante la crisis de refugiad@s que huyen del mismo terror del Daesh que ha golpeado en Barcelona. A la larga mirar para otro lado no hace otra cosa que beneficiar al racismo y la islamofobia como hemos visto estos días con ataques a mezquitas y agresiones a la comunidad musulmana. De esta forma es imposible mantener una mínima brújula de clase que explique las causas profundas del atentado.
Más que nunca es urgente mantener un discurso independiente y de clase que permita contrarrestar el discurso reaccionario y demagógico del miedo y la sinrazón de los ataques terroristas. Una vez más sus guerras y políticas, las que sirven a los intereses capitalistas, son las que provocan nuestr@s muert@s, l@s de la clase trabajadora en cualquier rincón del mundo.
