En los últimos meses, hemos llenado las calles para defender sanidad, educación y pensiones públicas y hemos enfrentado EREs, reformas laborales y de la edad de jubilación, despidos, rebajas de salario y condiciones de trabajo indignas en empresas y administraciones públicas. Los discursos de recuperación con que nos bombardean no se sostienen ni en la calle, ni en los hospitales, ni en los colegios, ni en los centros de trabajo, ni en los barrios y pueblos de Andalucía. Y es así porque casi todo va a peor de lo que casi nadie hubiera imaginado hace no tanto tiempo.
Porque, del campo a la hostelería, de la hostelería al resto de servicios y poco a poco en todos los sectores y profesiones, se extienden condiciones intolerables de explotación y precariedad, especialmente en los sectores feminizados, que junto con el paro, son la realidad de la mayoría de la gente trabajadora de Andalucía. De quienes aún no han podido o no han querido emigrar.
Porque la pobreza se extiende con los enésimos recortes de pensiones y salarios, con la subida disparatada del precio de la luz, de la comida, de las medicinas, del gas, de casi todo lo imprescindible para vivir, con el resurgir de la plaga infame de los desahucios. Por todas estas realidades, exigimos la implantación de la Renta Básica Universal.
Porque los servicios públicos empeoran y desaparecen: privatizaciones, profesorado y personal sanitario saturado al no sustituir bajas y jubilaciones, instalaciones inadecuadas, listas de espera, comedores, limpieza, emergencias, cuidados y otros servicios en precario como telemarketing, “kellys”, ayuda a domicilio…, y en manos de subcontratas que sólo buscan el lucro.
Mientras tanto los responsables de la crisis capitalista siguen enriqueciéndose. La crisis estafa no afecta a todos por igual. Frente al paro, la precariedad y los recortes para la mayoría, las empresas del IBEX 35, los bancos y los terratenientes aumentan sus beneficios. Para cambiar nuestras vidas la cuestión del reparto del trabajo y la riqueza sigue siendo un elemento central.
Ante esta situación, manifestamos que Andalucía está a la cola de lo mejor y a la cabeza de lo peor en derechos y condiciones de vida.
A 37 años de haber conseguido la llamada “autonomía plena”, y tras el primer impulso, venimos siguiendo el camino contrario al anhelado por quienes lo dieron: millones de andaluzas y andaluces, artífices de la autonomía en la calle y en las urnas.
De la mano del PSOE y sus gobiernos hemos visto desmantelar la mayoría de nuestra industria. Como la tierra sigue en manos de una minoría de privilegiados. Hemos visto la venta, a precio de saldo, de nuestras riquezas a fondos de especuladores. Vemos nuestros campos esquilmados para ser la huerta barata de Europa. Nuestra costa destrozada, nuestras ciudades deformadas para convertirse en museo y balneario de quienes puedan permitírselo. Nuestro patrimonio natural de Doñana amenazado por los piratas de Gas Natural, con la complicidad de quienes nos gobiernan.
Vemos a nuestra tierra convertida en inhumana frontera, blindada a migrantes y refugiados, militarizada como portaaviones para las guerras de la OTAN y de EEUU, y paradójicamente, centro internacional del narcotráfico y la trata. Y las cárceles y los CIES llenos de pobres y represaliados.
¿Para qué ha servido el Estatuto de Autonomía si hoy Andalucía es más dependiente, subalterna y periférica respecto a los grandes poderes político-económicos de nuestro tiempo? De coartada y de propaganda. No hay nada que celebrar.
Aparentemente nos enfrentamos a problemas diferentes, pero sus causas son innegablemente comunes: nadie puede discutir que el empeoramiento por momentos insoportable de las condiciones de vida de la mayoría ha sido provocado por la acción consciente de la Junta y el Gobierno del Estado, a manos de PSOE y PP.
Ni que éste sea consecuencia de la reforma del artículo 135 de la Constitución que obliga a cumplir con bancos y demás usureros de medio mundo antes que garantizar nuestra propia existencia y dignidad. De otras triquiñuelas como las cínicamente llamadas Ley de Estabilidad Presupuestaria y Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local que asfixian a comunidades y ayuntamientos. De las reformas laborales y de las pensiones que empobrecen a la gran mayoría del pueblo andaluz, trabajadoras y trabajadores en activo o jubiladas y jubilados. Del repago sanitario y de la privatización de las eléctricas. Y de un largo etcétera de medidas que atentan contra la mayoría, en beneficio de unos pocos. Por todo ello, exigimos no al pago de la deuda.
Ni que las torpes e irresponsables maniobras del gobierno de Susana Díaz en la gestión de la sanidad y la educación y del resto de servicios públicos tienen como único fin abaratar costes para cumplir con sus padrinos de Madrid y de Bruselas. A costa de nuestra soberanía, del trabajo invisible de miles de mujeres y de la dignidad de la educación y la sanidad y de sus trabajadoras y trabajadores.
Nadie puede negar que el dinero recortado en lo público, fue y va a parar a los bancos, primero como rescate y ahora como intereses. Ni que estas decisiones han sido impuestas bajo amenaza y chantaje de la UE, el FMI y el BCE.
Desde las Marchas de la Dignidad señalamos a los responsables de la crisis e insistimos en que la única forma de mejorar nuestras condiciones de vida es enfrentándonos a aquellos que acaparan la riquezas, mediante la movilización sostenida.
En esta situación, el 28F no es un día de fiesta, es un día de lucha. Desde las Marchas de la Dignidad llamamos a luchar por una Andalucía en la que no falten ni el Pan, ni el Trabajo, ni el Techo ni la Dignidad. Por todo esto, la Andalucía que no se resigna y que lucha ¡a la calle el 28F!
Pero no basta, el 27 de mayo vamos llenar las calles de Madrid y entre todas y todos ir construyendo una huelga generay de consumo para decir basta a estas políticas que nos arruinan la vida.
Por todo ello defendemos:
- No al pago de la deuda. No debemos no pagamos.
- Trabajo digno y estable. No a la precariedad laboral. Aumento de los salarios al mismo nivel del coste de la vida. Por una Renta Básica Universal.
- Derogación de todas las reformas laborales que instalan y masifican la precariedad.
- Prohibición de los despidos. Que paguen las consecuencias de la crisis aquellos que la han provocado.
- Reducción del tiempo de la jornada laboral sin disminución salarial.
- Igualdad de derechos para todos. Vengan de donde vengan. Ningún ser humano es ilegal.
- Defensa de los servicios públicos (Sanidad, Educación, Servicios Sociales o Pensiones). Contra las privatizaciones y por un proceso de renacionalización de los sectores estratégicos de la economía bajo control de los y las trabajadoras y de los usuarios.
- Revalorización de las pensiones. Edad de jubilación a los 60 años. No al pensionazo. Trabajar menos para trabajar tod@s.
- Por la derogación de la LOMCE y del decreto 3+2, por la eliminación de las tasas universitarias y reducciones en los precios del transporte público para la población parada y estudiantes. Por un futuro digno para la juventud. No al exilio de la emigración forzosa.
- Paralización inmediata de todos los desahucios. Garantizar el derecho a la vivienda y los servicios básicos de luz, agua y gas. Parque de viviendas públicas. Expropiación de las viviendas vacías de las entidades financieras.
- ¡Reforma agraria ya!
- Contra la violencia machista. ¡Ni un feminicidio más! ¡Basta de violencias machistas y de inacción por parte de la justicia y de los gobiernos!
- Preservar la naturaleza de la especulación y la depredación capitalista.
- Salida de la OTAN y desmantelamiento de las Bases, Ni un euro para la guerra. Por la paz entre los pueblos. No a los tratados comerciales neoliberales CETA, TISA y TTIP.
- Gestión democrática directa y elección y revocación de representantes para administrar todo lo que concierne a la colectividad.
- Derecho a decidir el modelo de estado, modelo territorial, económico, social…
- Contra la represión. Derogación de las leyes represivas y absolución y libertad de los represaliados por motivos políticos, por la Amnistía Social.
Defender los servicios públicos y lo común. No al pago de la deuda / Acabar con el paro y defender el empleo. Prohibir los despidos y repartir el trabajo / Por unas pensiones públicas y de calidad. No al Pacto de Toledo / Por una Renta Básica Universal / Por la soberanía alimentaria / Contra las violencias machistas. Lucha feminista / Por el derecho a decidir de los pueblos / Contra la guerra entre los pueblos. No a la OTAN, no a las bases / Basta de represión sindical y social. No a la Mordaza