ANA MARÍA GÁLVEZ

Entrevistamos a Ana María Gálvez, camarera de piso y delegada de CSTA, para que nos hable de la victoriosa lucha contra la represión sindical en su empresa, el Hotel Urban Dream de Granada.

¿Cuáles eran vuestras condiciones laborales antes del despido?

Para empezar, ninguna de las camareras de pisos, cobrábamos según el convenio colectivo de hostelería de la provincia de Granada. La empresa tenía su propio convenio, según el cual, las condiciones salariales estaban muy por debajo de lo que se estipulaba en nuestro convenio sectorial. Incluso al entrar en vigor en el 2022, la reforma laboral, y dejar este aspecto, sin posibilidad de aplicación, la empresa seguía incumpliendo y pagándonos por debajo de lo que deberíamos cobrar. Otro aspecto que no se respetaba, eran los días de vacaciones. La empresa siempre planteaba que teníamos 33 días anuales, en lugar de los 52 que nos corresponden, perdiendo de forma sistemática, gran parte de nuestras vacaciones y teniendo en cuenta la dureza del trabajo que realizamos, créenos, que eso supone un gran perjuicio. Por otra parte, en muchas ocasiones, los partes de trabajo, superaban con creces, lo que sería factible realizar en una jornada laboral de cinco horas, teniendo que echar horas extras, las cuales, la mayoría de las veces, no eran retribuidas.

Decidís constituir una sección sindical con la CSTA para exigir vuestros derechos laborales ¿Cómo contesta la empresa y cómo reacciona la sección sindical?

La respuesta de la empresa, fue fulminante: nos despidió. La sección sindical se crea el día 8 de Febrero, y esa misma tarde se le comunica a la empresa. A la mañana siguiente, tres trabajadoras, fuimos despedidas, alegando motivos variopintos y disparatados, cuando la única realidad, era que nos despedían por habernos organizado sindicalmente. A partir de ese momento, la sección sindical, junto con el CSTA al completo, reacciona y se inician toda una seria de actos y concentraciones, reivindicando nuestra readmisión y el cumplimiento del convenio para toda la plantilla. Es verdad, que en un primer momento, algunas compañeras, que estaban decididas a luchar, abandonan la sección sindical. Y aunque la empresa asegura que no hubo amenazas para ello, si es cierto, que nuestros despidos, eran, sin duda, un aviso a navegantes. Pero al igual, que alguna se fue, otras se unieron, con lo cual, la sección sindical no se ha visto realmente afectada por las presiones de la empresa, y ha trabajado incansablemente durante casi tres meses, hasta conseguir que la empresa aceptara nuestras reivindicaciones.

La empresa ha tenido que ceder y el pasado 6 de Mayo, habéis vuelto a vuestro puesto de trabajo ¿Qué habéis conseguido, además de la readmisión?

En este sentido, tenemos que decir que estamos muy contentas, No sólo hemos conseguido que nos readmitan, sino que también hemos conseguido que nuestro salario se adecúe a lo que establece el convenio de hostelería, pero no sólo para nosotras, sino para el total de la plantilla, con lo cual, la alegría es inmensa. Hemos demostrado que si nos unimos y luchamos, se puede. Que la lucha sirve. Que se puede lograr y que callar y aguantar, nunca deben ser una opción.

¿Cuál ha sido el papel del Comité de Empresa?

Esa pregunta, te la podemos contestar con una sola palabra: ninguno. El Comité de Empresa, en todo momento, ha estado del lado del empresario. Nunca se pusieron en contacto con nosotras, para intentar, por lo menos, mediar. A ninguno le tembló el pulso a la hora de firmar nuestros despidos, aún a sabiendas, de que lo que había detrás, era una represión. Continuaron como lo habían hecho siempre: sin hacer nada. Y esa ha sido su postura, durante todo el conflicto.

Más de tres meses después del inicio de vuestro conflicto laboral ¿Qué balance y aprendizaje sacáis de esta lucha y del sindicato?

La verdad, es que, aunque no ha sido fácil y hemos vivido momentos duros, te podemos decir que el balance es muy positivo. Hemos aprendido que no hay que tener miedo. Que no hay que callarse. Que cuando te intentan callar, es cuando más hay que alzar la voz. Hemos aprendido que hay que ser valientes y luchar. Porque la lucha sirve. La unión sirve. Formamos parte de un sindicato, CSTA, del que nos sentimos muy orgullosas, porque han demostrado, que pese a lo que muchos digan, no todos son iguales. Que hay gente que de verdad, cree en la lucha sindical y la defiende con garra y energía. La misma energía que nos contagiaron a nosotras y que nos ha llevado a recuperar nuestro puesto de trabajo. Orgullosas.